El único antecedente de la designación de CEOs (Chieff Executive Officer) en un gobierno fue la llegada del Grupo Bunge & Born al gobierno de Carlos Menem en junio del 89, que terminó en una gran devaluación y el rápido retiro del gobierno de los hombres del grupo.
En la región hay sólo dos antecedentes. Uno es del gobierno de Vicente Fox en México (2000-2006) que luego de seis meses de gobierno debió modificar su gabinete por escándalos de corrupción. El segundo y más reciente caso es el de Sebastián Piñera en Chile (2010-2014) quien también se vio forzado a renovar su equipo después de un primer año de mandato. La coincidencia es que ambos mandatarios provenían del mismo sector empresarial en el que Mauricio Macri comenzó su carrera en el Grupo SOCMA cuyo dueño era su padre Franco Macri.
El interrogante que se plantea en los círculos políticos y empresariales es si estos CEOs, gerentes y directores que vienen del mundo de los negocios y las finanzas, serán aptos para manejarse en la Administración Pública Nacional y en las empresas del Estado. También surge la duda en torno al conflicto de intereses y si no acabarán siendo delegados directos de sus ex empresas ante el Estado.
Según la opinión del ex vicepresidente de la UIA José Urtubey lo importante es la dirección y articulación del Estado antes que el Curriculum Vitae de los CEOs. "Mientras sean idóneos y se compenetren con la función pública, estoy de acuerdo; esa concepción del funcionario que llega de la actividad privada me parece buena". En tanto el economista de la Fundación Acordar Javier Milei manifiesta que "si bien el éxito en el mundo de los negocios privados no garantiza el éxito en el sector público, que la cosa pública esté en manos de políticos tampoco lo es". "Concretamente, durante los últimos 70 años los políticos han guiado los destinos del país y han hecho de una Argentina rica (con 97% del PIB per-cápita respecto a EEUU) uno de frontera (15% del PIB per capita del de EEUU). Esto es, los políticos vienen fracasando desde hace 70 años, por lo que no parece razonable autocondenarse a eso de que 'mejor malo conocido que bueno por conocer', ya que estamos camino a ser pobres", se explaya.
El que tiró la primera piedra fue el dirigente de La Cámpora y diputado por el Frente Para la Victoria Máximo Kirchner, quien calificó al gobierno de Mauricio Macri de "CEO fascista" cuando removió al entonces titular del AFSCA Martín Sabbatella apelando a un neologismo que alude a una supuesta orientación política autoritaria y la integración en el Gabinete nacional de varios CEO de empresas multinacionales y grupos empresarios locales.
Entre los funcionarios de primera línea nombrados en el nuevo gobierno se encuentran dos economistas que dependen directamente del Jefe de Gabinete. Ellos son Mario Quintana, secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, quien fue presidente del fondo de inversión Pegasus, y Gustavo Lopetegui, secretario de Coordinación de Políticas Públicas -también en la Jefatura de Gabinete- que viene de la empresa chilena LAN. El ministerio de Energía y Minería fue ocupado por el ex Shell Juan José Aranguren, tras su ida de la petrolera después de 38 años.
En tanto Isella Constantini, la única funcionaria que no es argentina, ya que nació en San Pablo, fue designada en la presidencia de Aerolíneas Argentinas luego de ser gerente general de la automotriz General Motors Argentina. Por su parte, la ex CEO de Telecom Susana Malcorra fue nombrada ministra de Relaciones Exteriores y Culto. Por último el nuevo Presidente de YPF es Miguel Ángel Gutiérrez quien fue CEO de Telefónica de Argentina. Otro caso es el de Carlos Felices, quien asumió como nuevo director de la petrolera y fue CEO de Telecom en los 90.
Hay otros dos funcionarios a los que se podría incluir en esta categoría: el ministro de Producción, Francisco Cabrera, y el de Modernización, Andrés Ibarra; ambos trabajaban con Macri en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pero provienen de la actividad privada. Cabrera fue fundador y luego presidente de la Máxima AFJP del Grupo HSBC, mientras que Ibarra fue director del Grupo SOCMA de la familia Macri y luego pasó al Club Atlético Boca Juniors para desempeñarse como Gerente General de la institución en la presidencia de Mauricio Macri.
En opinión de la filósofa y ensayista Beatriz Sarlo, "no es bueno que los funcionarios públicos escogidos por Macri para su gabinete y demás dependencias del Estado no tengan formación política sino que sean gerentes; deben formarse en universidades y escuelas de gobierno con carreras políticas". Y ejemplificó: "No hay gente en Inglaterra que pasó de la Esso a un ministerio y cuando se aburrió volvió a ser CEO".
En los nombramientos de cuño gerencial se destacan los de otros funcionarios de menor rango como secretarios de Estado y directores que provienen del sector privado, como el ex Director Ejecutivo de la UIA Martin Etchegoyen, actual secretario de Industria, el secretario de Finanzas Luis Caputo que proviene del Deustche Bank y la subsecretaria de Evaluación de Proyectos con Financiamiento Externo Natalia Zang, ex vicepresidenta del fondo Pegasus, mientras que el ex Gerente de Direct TV Matias García Oliver fue nombrado en la subsecretaria de Relaciones Institucionales de la Jefatura de Gabinete. Otro ejemplo es del Luis Sureda, un ex vicepresidente de la petrolera PAE, que llegó a la secretaria de Recursos Hidrocarburíferos. Por su parte, el presidente de Metrogas David José Tezanos llega desde la gasífera TGS.
Por otra parte, también han sido reclutados varios hombres del mercado financiero local e internacional. Luis Ribaya, ex director del Grupo Financiero Galicia, es uno de los nuevos directores del Banco Nación, donde también desembarcó el ex ARCOR Jorge Lawson. En la Comisión Nacional de Valores (CNV) fue nombrado Marcos Ayerra que trabajó en el Chase Bank mientras que en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES está Luis María Blaquier, un economista que trabajó en Goldman Sachs. Y el ex JPMorgan Demian Reidel es uno de los nuevos directores del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
El macrismo ha optado por reclutar en la cantera del sector privado a muchos de los funcionarios a los que ha confiado áreas clave, pero también se ha convocado a ejecutivos de segundas y terceras líneas de grandes compañías. La gran apuesta es que éstos se desempeñen en el Estado tan exitosamente como lo han hecho en las empresas en las que trabajaron. Y si lo podrán hacer es también la gran incógnita.