Acombamba es una zona de agricultores con magra densidad poblacional del departamento de Huancavelica, en el noroeste de Perú. A comienzos de este año, la Sala Liquidadora de esa provincia envió a la Justicia en la capital nacional algo que no estila verse en sus escritorios: un pedido de captura internacional para uno de sus vecinos. Nilo Arturo Azambuja Fuentes, de 54 años, era buscado por supuestamente abusar sexualmente en repetidas ocasiones de las hijas de su pareja, todas ellas menores de edad, a lo largo de 2011. Había un dato firme para el pedido: Azambuja Fuentes estaba escondido en Argentina.
La solicitud llegó desde Interpol Lima el 4 de enero último a la División Investigación Federal de Fugitivos, departamento de Interpol de la Policía Federal y al escritorio de la jueza Sandra Arroyo Salgado, que firmó su orden de captura. Así, según revelaron fuentes de las fuerzas de seguridad a Infobae, la PFA comenzó una discreta tarea de vigilancia en la zona de Don Torcuato, a donde la información apuntaba. En la noche de este martes, Azambuja Fuentes fue capturado en una casa en la calle Belgrano al 1300, para quedar a disposición de la magistrada, con jurisdicción en la zona y así iniciar su extradición.
Lo más perturbador es que el hombre acusado de abusar sexualmente de niñas vivía en el país, al menos en los papeles, un vida por lo menos legal. Registros oficiales revelaron una fecha de inscripción en la AFIP de julio de 2012, un año después de los hechos. También tenía un domicilio fiscal en la calle Buschiazo al 300, también en Don Torcuato, no muy lejos de donde fue detenido. Azambuja Fuentes incluso contaba con un DNI argentino y su correspondiente CUIL; su número comenzaba con 94 millones. Ni le hizo falta un alias o documentación falsa: estaba registrado con su nombre y apellido reales.
No fue ése el único peruano buscado por Interpol y hallado por PFA en los últimos días. El 19 de febrero, la división Fugitivos capturó en la villa Rodrigo Bueno de la Costanera a Gonzalo Ríos Vargas, prófugo de su país por una brutal violación a un joven menor de edad en una cárcel limeña, con una condena previa por robo agravado. Los vecinos del asentamiento lo defendieron a piedrazos mientras se lo llevaban.