Para muchos puede ser una pesadilla, para otros solo un mal momento. Pero quedarse encerrado en un ascensor es una experiencia por la que nadie quiere atravesar y menos cuando se sufre de claustrofobia. El miedo al encierro afecta a todas las culturas, razas y niveles socioeconómicos, y su evolución y complicaciones son muy variables pero tiende a ser un cuadro fluctuante y crónico.
"Según el Manual de Diagnostico de Salud Mental (DSM-IV), la claustrofobia pertenece a los trastornos de ansiedad, y se trata de la fobia al encierro por la ansiedad excesiva que le generan", explicó a Infobae el licenciado Santiago Gómez, psicólogo y director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva.
Esta fobia puede desatarse frente a cualquier espacio reducido -desde el subte a un cine- y entre los síntomas más comunes se encuentra la falta de aire, temor a morir asfixiado, taquicardia, sudoración, mareos, desesperación, palpitaciones, ahogos y opresión en el pecho.
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