Quién es el "Messi del cubo Rubik"

Con apenas 16 años, Francisco Hamlin se convirtió en el argentino con el mejor récord en la especialidad. Su historia, en Infobae

Corría el segundo semestre de 2013 y, como sucedió (y sucede todavía) cada sábado, un puñado de fanáticos del cubo Rubik de la Ciudad de Buenos Aires se reunían al mediodía en algún local de comida rápida para compartir nuevamente su pasión. Nuevas técnicas de armado, proezas personales, pruebas de métodos novedosos, alguna que otra charla de fútbol parecían eran los temas de conversación. Hasta que un nuevo asunto se instaló en la escena: había un joven argentino en Holanda, al que le decían "Hamlin", que empezaba a batir los récords nacionales del formato "pirámide" en torneos disputados a miles de kilómetros de distancia. Nadie lo conocía, pero todos querían saber de él.

"Cuando empezaron a ver que estaba batiendo nuevos récords en todos los torneos, se empezaron a interesar por mí. Me escribían en los foros. me decían que me querían conocer y me preguntaban cuándo iba a visitar el país", dijo el protagonista.

Francisco Hamlin tenía entonces 14 años y se había convertido en una especie de Messi de la especialidad: el niño argentino que se fue de muy pequeño a Europa, se convirtió en el mejor del país en su disciplina y sus compatriotas se morían por conocerlo.

El encuentro se dio finalmente a finales de 2013. "Fue la juntada a la que acudió más gente de todas las que estuve", dijo Hamlin. Muchos chicos pequeños le pidieron autógrafos, otros le reclamaron que hiciera sus proezas y hubo también quienes le pidieron las hojas firmadas por el holandés Mats Valk, una superestrella holandesa de la especialidad y uno de los tres mejores jugadores del mundo.

Hamlin armó su primer cubo a los 13 años y un mes después ya competía en torneos

Toda la esencia de Francisco Hamlin está impregnada por el "mundo Rubik". Hoy tiene 16 años y habla de algoritmos y secuencias matemáticas como si un chico fanático de Boca se supiera de memoria los nombres, apellidos y fechas de nacimiento de todos los integrantes del primer equipo "xeneize": la mayoría de sus camisetas tienen dibujado un cubo Rubik, el llavero de su casa es un mini cubo Rubik, cuando viaja en subte o colectivo no apela al celular para chatear en whatsapp, se dedica a practicar con el cubo Rubik, tiene más de 15 objetos Rubik con diferentes formas geométricas. Gran parte de su vida parece armarse como un Rubik.

"Hoy en día, conocí a casi todos mis amigos de Argentina gracias al cubo Rubik. Voy todos los sábados que puedo a las juntadas y participo en casi todos los torneos que se realizan en el país, aun cuando tenga que faltar un día al colegio. Afortunadamente, ahí tengo buenas notas y puedo darme ese lujo", reconoce el joven, que hace unos meses armó el cubo en 8 segundos y 79 centésimas y batió el récord histórico argentino del cubo, con apenas 15 años.

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El héroe foráneo

Este fanático de la astronomía, las matemáticas y la música de Diego Torres se fue a vivir con sus padres y sus dos hermanos desde muy pequeño a Hilversum, una pequeña ciudad de la Holanda septentrional, debido al trabajo de su padre, gerente de investigación y desarrollo.

Su primer cubo lo recibió como regalo de su cumpleaños número 11. Sin embargo, la primera vez que pudo armarlo fue casi dos años después, el 22 de agosto de 2012. "Llegó un punto en el que ya no podía soportar ver el cubo desarmado, me molestaba a la vista. Por eso, empecé a estudiar con la computadora y a ver un tutorial tras otro".

Apenas un mes y un día después de ese primer armado, Hamlin se animó a participar en su primer torneo. "En ese momento, me llevaba más de un minuto armarlo. Pero a mí no me importaba, no podía creer que estaba participando en un torneo de algo que tanto me gustaba y podía ver a los mejores", explicó el joven erudito.

Con el pasar del tiempo, el argentino fue mejorando su técnica, hasta que llegó a un escenario en el que podía armar el cubo en pocos segundos. "Era la gracia de mis compañeros. La primera vez que me vieron hacerlo rápido, se quedaron con la boca abierta. Después, me pedían que lo armara todo el tiempo", dijo Hamlin.

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Una vez que su familia decidió regresar al país, el joven hincha de River continuó con el perfeccionamiento de su técnica y llegó hasta batir en más de una vez el récord argentino de la versión "3x3", es decir, el cubo más conocido en el ambiente.

"Es algo hermoso poder hacerlo rápido y no es algo que sale de un día para el otro. Lleva meses poder agilizar la técnica. Incluso, los tiempos a veces son relativos. A veces, la manera en que se te presenta el problema ya te da una pauta del tiempo que te llevará. Si uno tiene la suerte de poder saltearse algunas fases de armado, seguramente lo hará más rápido de lo común. Yo hice el récord en 8,79, pero generalmente lo armo en unos 10 segundos. Mi nuevo objetivo está en eliminar las pausas. Busco analizar y seguir armando al mismo tiempo", detalló.

Otro idioma, otro horizonte

A la hora de meterse de lleno en el mundo Rubik, Hamlin parece hablar otro idioma. Su dificultad y velocidad de razonamiento es tan compleja, que hasta le resulta imposible dar una explicación simple de su técnica de armado: "El cubo hay que armarlo con un método. Y ese método requiere que se resuelva de a pocas piezas por vez. El método que yo uso es, primero, armar una cruz blanca, después rellenar unos espacios vacíos específicos para poder armar las primeras dos capas. Después hay que orientar una cara hacia un color, para lo que se necesita aprenderse unos algoritmos, que son secuencias de movimiento que afectan ciertas piezas pero dejan otra parte del cubo intacta. Lo último que se hace es arreglar las piezas de alrededor con otra secuencia y ahí te queda armado".

Así y todo, y al margen de ese universo de algoritmos, secuencias y cálculos matemáticos, Hamlin tiene los pies sobre la tierra. Cada torneo en el exterior disputado tuvo que ser costeado por el bolsillo de sus padres. Incluso, el último Mundial de San Pablo 2015, donde quedó en el puesto 26 entre más de 400 y fue el mejor argentino clasificado, Hamlin lo disputó gracias a la bondad de su tío: "Yo no iba a participar porque mis papás no tenían dinero para bancarme el viaje. Un día apareció mi tío y me dijo 'yo te pago todo. Vos vas al Mundial'. Y yo me quedé estupefacto, no daba crédito".

El récord argentino de Hamlin está registrado en 8,79 segundos

Hamlin tiene en claro que el Rubik representa y representará a lo largo de su vida apenas un hobby. "No voy a salir en busca de sponsors. Yo tengo claro qué representa esto en mi vida. Tampoco voy a ir a tratar de conquistar una chica con un recurso tan estúpido como el de armar un cubo. Esto es y va a ser algo para divertirme durante toda mi vida", destacó el adolescente.

El próximo torneo de Hamlin será entre el 25 y el 27 de marzo en la ciudad de San Lorenzo. Mientras tanto, seguirá firme con sus estudios con el objetivo de alcanzar el verdadero sueño de su vida: convertirse en un astrofísico y llegar a trabajar en la NASA.