Ocho fotos de la cárcel de Devoto que exponen la peor cara del sistema penitenciario

Fueron tomadas tras una inspección sorpresiva realizada en ese centro de detención porteño, a instancias del Sistema de Control de Cárceles, que preside el juez Gustavo Hornos. Participaron jueces, fiscales y defensores. Se ordenó el inmediato realojamiento de siete personas

CIJ 162
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Una inspección sorpresiva realizada en el Complejo Penitenciario Federal porteño, la ex unidad 2 de Devoto, registró graves deficiencias en las condiciones de detención de los internos, que incluyó desde falta de alimentación y agua potable, hacinamiento, ausencia de higiene, hasta la presencia de cucarachas en "todos los sectores visitados".

Una Comitiva del Sistema Interinstitucional de Control de Cárceles realizó este martes un monitoreo sin aviso, en el marco de una serie de inspecciones que realiza el Sistema de Coordinación y Seguimiento de Control Judicial de Unidades Carcelarias. En la recorrida estuvieron los jueces Gustavo M. Hornos, Mirta López González y Sergio Paduczak, el fiscal a cargo de la Unidad de Litigio Estratégico, Abel Córdoba y Mara López Legaspi, integrante de esa Unidad Fiscal; el fiscal de la Procuraduría contra la Violencia Institucional, José Nebbia; el defensor Ricardo Richiello, cotitular de la Comisión de Cárceles de la Defensoría General de la Nación, y Ariel Cejas Meliare, de la Procuración Penitenciaria.

"Finalizada la recorrida, se realizó una reunión con el subdirector interinamente a cargo del Complejo en la que Hornos destacó las deficiencias advertidas por la Comitiva durante toda la recorrida", se indicó en el Centro de Información Judicial (CIJ), que publicó ocho fotos que mostraron la peor cara del sistema penitenciario.

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Según se informó, tras la inspección "se convino en la necesidad de realojar a los internos que estaban en retenes con urgencia (...) donde se habían alojado personas sin camas, ni baños, ni las mínimas condiciones de higiene y salubridad. Los internos hacían sus necesidades fisiológicas dentro de esos sectores cerrados en baldes, botellas o bolsas que permanecían en el lugar. No recibían su comida ni contaban con ninguna posibilidad de realizar actividades de estudio, laborales o de recreación física o mental".

El CIJ indicó que varios sectores de la cárcel "funcionaban sin provisión de agua corriente, ni luz eléctrica, leve ingreso de luz solar, sin camas, ni cocina ni baño". Los jueces, fiscales y defensores exigieron que los internos tengan "prestaciones de asistencia médica, cuatro comidas adecuadas en calidad, cantidad y horarios adecuados".

Asimismo, los que realizaron las inspecciones observaron "gran cantidad de cucarachas en todos los sectores visitados, insectos que han formado sus nidos; la entrega de elementos de higiene personal y de limpieza es una vez por mes en el mejor de los casos; pésimo estado de los colchones y sobre la circunstancia de que en algunos pabellones completos en su capacidad se pudieron contabilizar hasta diez camas sin colchón".

"Por último, se señaló que correspondía flexibilizar el régimen de vida de los pabellones de manera tal que se garantice –como regla el acceso de los internos a los patios externos y el ejercicio físico al aire libre, por, al menos, el tiempo establecido como estándar internacional", continuó el comunicado, que resaltó que "el Sistema Interinstitucional de Control de Cárceles reafirma su compromiso con las personas privadas de la libertad y el aseguramiento de la vigencia de sus derechos".