Todos los elementos sobre el escenario sirio indican que la guerra está siendo ganada por Al Assad y sus aliados. La balanza se ha inclinado en favor del régimen y en ello ha sido muy importante el poder de fuego aéreo de Rusia y las milicias extranjeras en tierra, especialmente las iraníes.
El régimen se siente fuerte, sigue vivo y ha recuperado varias ciudades que estaban en manos del Ejército Libre Sirio (ELS) y de los yihadistas del ISIS (por sus siglas en inglés).
La próxima conferencia de Ginebra debería ser un acto formal de firma de una rendición para la oposición, y sus aliados (Turquía, Arabia Saudita y Qatar) difícilmente tengan otra opción mas allá del alto el fuego momentáneo que se pretende instaurar por 30 días.
Tan seguro se siente el presidente sirio que anunció este lunes que se celebrarán elecciones parlamentarias en su país el 13 de abril, según informó la agencia oficial de noticias SANA, poco después de que Washington y Moscú dieran a conocer el acuerdo de cese del fuego.
Según la cadena Al Arabia, Assad ha ganado hasta aquí. En cinco años él logró maniobrar la crisis aplicando sencillas reglas dictatoriales ante situaciones de levantamientos internos.
Mohammed Alloush, miembro del Comité de Negociaciones de la oposición con sede en Riad, confirmó al diario Asharq al Awsat que ISIS ha perdido alrededor de 25 aldeas, situadas en las zonas rurales de Alepo, a manos del régimen de Assad y que deberá realizar un enorme esfuerzo si quiere mantener Raqqa como capital del califato.
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