Una nota publicada por el diario estadounidense The Washington Post hace referencia a la profunda crisis sanitaria que sufre Venezuela y cómo ésta puede influir en la correcta atención de las personas que se contagiaron de zika.
El periódico afirma que la epidemia que ha aparecido en el país profundiza el caos en el sistema de salud pública, que se ha visto despojado de muchas herramientas básicas de la medicina moderna.
Los pacientes de los hospitales reciben armarios llenos de basura, los perros callejeros deambulan los terrenos de los establecimientos de salud y los médicos realizan cirugías sin gasas.
Lisseth Salas llegó al hospital Vargas de Caracas en un estado de parálisis parcial, síntoma que sufren aquellos que padecen el síndrome de Guillain-Barré, que se ha relacionado con el zika. Otros dos hospitales le habían negado su servicio.
"No hemos tenido absolutamente nada de eso todo el año", dijo Sabrina Maldera, un residente de medicina interna en el hospital. "Estamos tratando de atender a los pacientes con las manos atadas", agregó.
En la lucha latinoamericana contra el virus del zika, Venezuela está aparte, afirma el diario. Mientras que otras naciones bombardean sus ondas con avisos de servicio público sobre los mosquitos y publican recuentos de casos nuevos, Venezuela ha restado importancia a la epidemia y sofocó la información sobre su propagación.
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