En un nuevo acto fuera del protocolo, el papa Francisco se dirigió fuera de la Nunciatura Apostólica, lugar en el que se alojará durante toda su estadía en México, y saludó a los fieles que se acumularon frente a las puertas del recinto con el fin de poder ver al líder de la Iglesia Católica.
El Sumo Pontífice estuvo por un lapso de 10 minutos con cientos de personas a quienes les pidió rezar a la Virgen por "los que no nos quieren" o "nos han hecho daño", ya que el "Señor nos va a dar la fuerza" para hacerlo.
Del mismo modo, Francisco pidió a los presentes orar "por las personas que quiero y también las que no quiero y por las que están enojadas, tienen celos o envidias".
Según publicó el sitio religioso Aciprensa, el Papa bendijo a los presentes y les pidió que se retiren a sus hogares: "Mañana es sábado, es un día medio libre y pasado mañana es domingo y es un día libre y tenemos muchas actividades. Tenemos que estar todos descansados".
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