Por qué Pérez Corradi fue considerado el autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez

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Ibar Esteban Pérez Corradi dio la orden de matar a Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina porque se estaban quedando con el negocio del tráfico legal de efedrina. Ese fue el móvil de los crímenes ocurridos de 2008, según la sentencia que en diciembre de 2012 dieron los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 del Departamento Judicial de Mercedes, Fernando Bustos Berrondo, Marco Tomás Barski y María Graciela Larroque.

"Pérez Corradi se vio tan perturbado porque le estaban quitando el negocio que anunció a los cuatro vientos que mandaría a matar a Forza, con quien además estaba enemistado porque éste no le había pagado lo que le debía, como consecuencia de la financiación que le hizo a su droguería", sostuvieron los camaristas en su sentencia.

El triple crimen ocurrió el 7 de agosto de 2008 en una casa de Quilmes. Una semana después, los cuerpos de Forza, Ferrón y Bina fueron encontrados en un descampado de General Rodríguez.

Por ese hecho, los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor y Marcelo Schillaci fueron condenados a prisión perpetua por privación ilegal de la libertad agravada y triple homicidio agravado por ensañamiento y alevosía. Pérez Corradi fue sindicado como autor intelectual del crimen y tiene pedido de captura internacional desde 2012.

Pérez Corradi era quien financiaba una droguería de Forza. Ambos eran socios en la importación ilegal de efedrina, un precursor químico que permite elaborar drogas sintéticas, que terminaba en manos del narcotráfico.

Forza había conseguido con sus socios Ferrón y Bina una línea directa con el mexicano Jesús Martínez Espinosa para venderle efedrina que necesitaba para su laboratorio de Maschwitz. Forza crecía en el negocio y varios testigos declararon en el juicio escuchar a Pérez Corradi decir que lo iba a matar.

"En este caso se ha corporizado en el deseo de desplazar de modo absoluto y definitivo a quienes se perfilaban, cada vez con más fuerza y mejor organización: Forza, Ferrón y Bina, como precipuos competidores en el negocio ilegal de importación, exportación, compra y venta de efedrina; quienes por otra parte estaban escalando en la pirámide estructural de tal negocio", explicaron los jueces en su sentencia.

Los magistrados agregaron que "tal posicionamiento conspiraba lisa y llanamente contra los intereses de Pérez Corradi y su socio, Martín Lanata, y el inseparable compañero de éste, que también de su mano había incursionado en el rentable comercio, es decir Víctor Schillacci".

Para el Tribunal, Pérez Corradi dio la orden de matarlos y la ejecución quedó a cargo de los Lanatta y Schillacci. Martín Lanatta -socio del instigador del crimen en la empresa Elvesta- conocía a Forza y tenía una relación fluida con él.

Víctimas del triple crimen de General Rodríguez: Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damian Ferron.  162
Víctimas del triple crimen de General Rodríguez: Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damian Ferron. 162

La prueba central contra los acusados fue la ubicación de sus celulares en las antenas de donde fueron ocurriendo todos los hechos del triple crimen y el entrecruzamiento de llamados.

El 26 de julio de 2008, 12 días antes de que se consumen los asesinatos, Pérez Corradi se fue a México, lo que el tribunal calificó como una "estrategia". Según la reconstrucción telefónica que hizo la Justicia, "se mantuvo plenamente comunicado por los teléfonos de la flota de Elvesta S.A., que desde la Argentina usaban Martín Lanatta y Víctor Schillacci".

"El 6 de agosto, víspera del luctuoso desenlace, Martín Lanatta estuvo al habla con Víctor Schillaci en cuatro oportunidades, seguido de siete diálogos con Pérez Corradi, en los tres casos con las radios de la flota Elvesta. El silencio acompañó los días siguientes que se vio perturbado por las comunicaciones que en números variables de entre dos, tres, cinco y seis vincularon a Martín Lanatta y Pérez Corradi entre los días 11 y 14", según la sentencia del juicio por el Triple Crimen.

La misma reconstrucción telefónica fue una de las pruebas contra los Lanatta y los Schilacci.

Martín Lanatta llamó a Forza para que con Ferrón y Bina se encontraran el 7 de agosto de 2008 en el Walmart de Sarandí. Luego, suspendió la reunión en ese lugar y le pidió que vayan a Nicolás Videla N° 631, la casa de su hermano Cristian, en Quilmes.

Los celulares de las tres víctimas se ubicaron en todo el recorrido que hicieron para llegar a la casa. Lo mismo las líneas de los cuatro condenados.

Martín Lanatta, Víctor Schillaci y Christian Lanatta  162
Martín Lanatta, Víctor Schillaci y Christian Lanatta 162

En esa casa fueron asesinados y los teléfonos de Forza, Ferrón y Bina dejaron de tener actividad. Tras los crímenes fueron llevados a un descampado de General Rodríguez y en ese recorrido las antenas también ubicaron a los Schilacci y a Cristian Lanatta. Los telepeajes que pasaron confirmaron la camioneta en la que iban.

"Es del caso señalar que más allá de los estrechos vínculos laborales, parentales y de amistad que existían entre los cuatro imputados, que podría dar explicación a las múltiples comunicaciones entre todos ellos cruzadas en todas las formas, ya sea a teléfonos celulares o de línea y hasta comerciales, lo cierto es que las mismas se intensificaron notablemente rompiendo la normalidad en la primera semana de agosto de 2008, así haciendo una simplificación numérica diremos que promedio de esta semana arroja un número de 80 llamadas cursadas entre los cuatro imputados", fundaron los camaristas.

Las condenas fueron confirmadas en noviembre de 2013 por la cámara de Casación Bonaerense. Los Lanatta y Víctor Schillaci cumplían la condena a perpetua en la cárcel de General Alvear, de donde se fugaron en diciembre pasado y luego de 15 días fueron recapturados en Santa Fe.

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