"Prisioneros (...) fueron golpeados a muerte o murieron por sus heridas o actos de tortura", sostienen los especialistas del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en su último informe, en el que asimilan la política de "exterminio" de prisioneros a un "crimen contra la humanidad".
"Es evidente que las autoridades gubernamentales que controlan y administran a los prisioneros y centros de detención estaban al tanto de que morían personas en forma masiva", sostienen. Decenas de miles de personas, incluyendo mujeres y niños, están detenidos en prisiones gubernamentales sirias, añaden los integrantes de la ONU.
Estas "muertes masivas de detenidos" son la consecuencia de las terribles condiciones de vida en estos centros y el resultado de "una política de Estado cuyo objetivo es atacar a la población civil", apuntan los investigadores.
Los cuatro miembros de la comisión de investigación de la ONU sobre la violación de los derechos humanos en Siria no obtuvieron nunca autorización de Damasco para entrar en Siria, pero recogieron miles de testimonios de víctimas, documentos y fotos vía satélite.
Para su último informe, que analiza las condiciones de detención en Siria desde el inicio del conflicto en 2011, entrevistaron a 621 personas, de las cuales 200 fueron testigos de la muerte de uno o varios de sus compañeros de celda.
"Las muertes de detenidos se siguen produciendo bajo un secreto casi absoluto", y los testimonios de los sobrevivientes esbozan "un cuadro aterrador" de lo que está sucediendo, lamenta la comisión de investigación.
Pero las autoridades no son las únicas que cometen este tipo de atrocidades. Los grupos armados y organizaciones terroristas, que han tomado el control de grandes partes del territorio sirio, han sometido también a sus enemigos a condiciones de detención "brutales", explican los expertos de la ONU.
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