"La inflación en América Latina ha disminuido notablemente en las últimas décadas. No obstante, el promedio de la región aún se encuentra por encima de la registrada en otras áreas geográficas con niveles similares de desarrollo", observa un informe del FMI sobre los desafíos que deberán enfrentar varios países.
En un trabajo del director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, y del subjefe de la División de Política Monetaria y Macroprudencial del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI, Luis Jácome, se destaca que "América Latina aún cuenta con varias economías entre las naciones con mayor inflación a nivel mundial, como Venezuela, que tiene la tasa de inflación más alta del mundo y Argentina que ocupa la tercera posición", y más atrás en el puesto 21 entre los que integran el "club" de los dos dígitos, apareció en el último año Brasil con 10,7 por ciento.
"Al igual que ocurrió en el pasado, detrás de esta elevada inflación se encuentra un importante deterioro de las finanzas públicas y dominancia fiscal, que se expresa a través del financiamiento que los gobiernos demandan de los bancos centrales, producto de la falta de independencia de estas instituciones", factores que han caracterizado a la economía argentina en los últimos ocho años.
Una de las consecuencias de ese fenómeno muchas veces subestimado por los gobiernos, y también por gran parte de la población latinoamericana, e incluso ahora en la Argentina en la que no son pocos los economistas que aconsejan una baja gradual de la inflación y más aún del déficit fiscal, porque podría derivar en una recesión, es que justamente las naciones con alza de precios a ritmo de dos dígitos al año fueron las que experimentaron un mayor retroceso en la inversión productiva.
Detrás de la elevada inflación se encuentra un singular rojo fiscal
Y está probado que un país que no mantiene una importante tasa de inversión privada, no sólo no tiene espacio para generar empleos, sino que también pierde competitividad y con ello se expone más a la compra de bienes con trabajo extranjero, que a vender productos con empleo argentino.
Según el trabajo del FMI en el último cuatrienio las naciones de América latina que acusaron las mayores caídas en la tasa de inversión en términos de PBI fueron Venezuela, Brasil y la Argentina.
Singular similitud con la herencia que recibió Cambiemos
"Las causas de este sesgo inflacionario son múltiples, desde ajustes de precios relativos y cierta debilidad institucional de los bancos centrales, hasta políticas fiscales que presionan al tipo de cambio y a las expectativas de inflación. Asimismo, en algunos países, la indexación—particularmente de los salarios—y la dolarización de la economía, limitan la efectividad de la política monetaria y, por ende, la posibilidad de lograr una inflación más baja. Por tanto, consolidar la independencia de los bancos centrales y fortalecer los marcos fiscales en los países con alta inflación contribuirá a lograr una mayor estabilidad de precios", concluyen los expertos del FMI.
Técnicos del FMI recomiendan un Banco Central independiente y fortalecer el marco fiscal
Sin mencionarlo específicamente, el escenario descripto se adapta a la medida del caso argentino, en particular a la herencia que recibió el Gobierno de Mauricio Macri.
Concluye el análisis de los técnicos del organismo de crédito multilateral que "la transición a regímenes cambiarios flexibles en un marco de sistemas financieros más profundos, el fortalecimiento de la credibilidad del Banco Central y la mejora en la regulación del sistema financiero, disminuye en gran medida la probabilidad de crisis financieras. Por tanto, con el paso del tiempo, los indicadores de confianza deberían estar menos influidos por los movimientos del tipo de cambio", un fenómeno que parece haber comenzado a transitar la Argentina, pero que aún requiere refuerzos en el plano fiscal.