María Erlinda Guzmán desea desesperadamente tener un bebé y se ha estado sometiendo a tratamientos de fertilización en el hospital de mujeres más grande de El Salvador. Pero ahora teme que su sueño de ser madre sea frustrado por el zika.
Su gobierno dio un paso extraordinario al recomendar a las mujeres que eviten quedar embarazadas por dos años ante la rápida expansión del virus y esta mujer de 34 años dice que ahora planea empezar a usar anticonceptivos. Teme que para cuando se decida que es seguro concebir, ya habrá pasado el momento para ella.
"Me dije ya no voy a poder tener niños, ya no. Porque a veces las mujeres cuando ya estamos mayores es bien difícil tener un bebé", dijo Guzmán.
Si bien todavía no está del todo clara la relación entre el zika con un defecto de nacimiento conocido como microcefalia, las recomendaciones hechas por El Salvador y al menos otros seis países y funcionarios del área de la salud de toda América Latina han generado mucho temor entre las potenciales madres de las zonas afectadas por el virus.
En algunos casos, las convicciones religiosas tropiezan con los peligros de que los bebés puedan nacer con la cabeza más pequeña de lo normal, y con una expectativa de vida corta.
La Organización Mundial de la Salud dijo el jueves que el virus "se está expandiendo de forma explosiva" y que en las Américas podría haber hasta cuatro millones de casos de zika el año que viene. A medida que llega a países donde el aborto está prohibido o muy restringido, se cree que muchas mujeres pueden acudir a sitios clandestinos poco seguros.
"¿Qué pasa en un país en donde el aborto está penalizado absolutamente?", preguntó Angélica Rivas, de Acdatee, una organización salvadoreña sin fines de lucro que aboga por despenalizar el aborto. "Lo que se puede prever es un aumento en las tasas de abortos clandestinos, abortos inseguros y ante la no posibilidad, todo un tema de salud mental para las mujeres".
Se estima que en 2008 se realizaron al menos 4,4 millones de abortos en América Latina, de los cuales 95% habrían sido clandestinos y en condiciones inseguras, según cifras del Instituto Guttmacher, un centro de análisis estadounidense sobre derechos reproductivos.
"Cuando las mujeres estén desesperadas... buscarán sus propias soluciones", dijo a la agencia AP Carmen Barroso, directora para el hemisferio occidental de la Federación Internacional de Paternidad Planeada.
Hasta ahora, sólo en Brasil se ha notado un aumento pronunciado en los casos de microcefalia asociados al virus del zika.
El aborto es ilegal en Brasil, excepto en casos de violación, si la vida de la madre corre peligro o si hay una anencefalia, otro defecto de nacimiento que afecta el cerebro. Las autoridades han dicho que por ahora no piensan añadir la microcefalia a la lista de excepciones, aunque el diario Folha de Sao Paulo opinó en un editorial que la reciente asociación entre el zika y la microcefalia "revive la necesidad de discutir la despenalización del aborto".
La microcefalia, generalmente, se produce porque hay un problema cerebral que puede ser causado por una variedad de razones: anormalidades genéticas, trastornos como el síndrome de Down, consumo de drogas o alcohol, infecciones o problemas nutritivos.
La OMS dice que pueden pasar entre seis y nueve meses antes de que se establezca o se descarte un vínculo entre el zika y la microcefalia.
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