El valor de los ecosistemas

Todo en la naturaleza se basa en los ecosistemas. Por eso, es importante conocer y comprender los tres ejes de la sustentabilidad que en ellos se ponen en juego: lo ambiental, lo social y, también, lo económico

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 Shutterstock 162
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Durante los últimos 50 años, los ecosistemas han disminuido más rápida y extensivamente que en ninguna otra época de la historia del ser humano. Así lo demuestra un estudio del Millennium Ecosystem Assessment que enfatiza que dicha degradación tiene consecuencias claras y directas: pone en peligro no sólo la biodiversidad mundial sino también a las sociedades y a los negocios.

¿A qué se debe esta relación entre ecosistema-sociedad-economía? Muy sencillamente a la idea de conocer y comprender que tanto las sociedades como los negocios dependen de los servicios que proporcionan los ecosistemas para poder realizarse. Es decir, tanto el ser humano como los empresarios se sirven de recursos como el agua o la energía y de los factores climáticos para poder satisfacer sus necesidades y concretar sus intereses. De este modo, cualquier alteración en los ecosistemas tendrá un impacto en las sociedades y en los negocios.

En pleno inicio de la temporada del verano y de las vacaciones, el turismo es un fiel ejemplo de este estrecho vínculo. Se trata de una actividad que, además de permitirnos conocer lugares increíbles, se desarrolla en base a los servicios naturales y culturales de distintos ecosistemas alrededor del mundo. Es decir, toda actividad, toda empresa depende de los servicios de los ecosistemas y también puede ejercer un impacto sobre ellos durante su desarrollo.

¿Cómo se genera ese impacto? Cuando es negativo, se trata de una degradación de los ecosistemas, la cual puede tener una gran cantidad de riesgos para el desempeño empresarial, en sus diferentes aristas: operativa, normativa, legal, financiera, de mercado. El problema, al momento, es que estas consideraciones de impacto no han sido tenidas en cuenta en la planificación empresarial y el análisis financiero. De allí, la importancia de su consideración.

Durante los últimos años, las empresas han comenzado a trabajar de manera integral la salud de los ecosistemas y la salud de su negocio. Así, cada vez son más los empresarios que manifiestan su preocupación por la problemática de la pérdida de la biodiversidad y el impacto que ello puede tener en las perspectivas futuras de la compañía.

Para que esta consideración sea efectiva, durante los últimos años, se han desarrollado una serie de enfoques y herramientas útiles que tienen un objetivo claro: que las empresas puedan evaluar su dependencia de los servicios de los ecosistemas como un proceso integrado en sus sistemas de gestión ambiental.

Ante la evidente creciente degradación que se producirá en los ecosistemas, producto del cambio climático y de un mayor consumo por parte de una población creciente en todo el mundo, es importante que este tipo de herramientas empiecen a ser consideradas en las políticas empresariales a fin de que la utilidad de los servicios de los ecosistemas se realice de la manera más eficiente, eficaz y sustentable posible. En definitiva, estamos hablando de un valor que va más allá de lo económico, y tiene que ver con la ética y moral con la cual nos relacionamos con la madre Tierra, incluso a la hora de hacer negocios.