El mundo está en alerta ante la vertiginosa expansión del virus del zika, que se trasmite vía varios insectos y, aparentemente, puede generar microcefalia en bebés de madres embarazadas que hayan sido contagiadas.
Sin embargo, además del defecto congénito por el cual los bebés nacen con una cabeza anormalmente pequeña, otras enfermedades podrían estar relacionadas con el contagio del virus. Según un artículo de la BBC publicado el jueves, es el caso de el síndrome de Guillain-Barré.
El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno autoinmune que afecta al sistema nervioso y desemboca en la parálisis progresiva de los músculos del cuerpo. Comúnmente se asocia a procesos infecciosos, aunque hay pocos trabajos concluyentes en torno a esa hipótesis.
LEA MÁS:
Lo que se sabe hasta ahora es que, cuando se contrae la enfermedad, el sistema inmunológico ataca a una parte del sistema nervioso periférico, afectando la mielina, la capa aislante que cubre los nervios.
Como consecuencia, los nervios se vuelven incapaces de transmitir señales con eficiencia. Y por ello, los músculos comienzan a perder su capacidad de responder y los pacientes comienzan a sufrir debilidad.
Asimismo, el cerebro recibe menos señales sensoriales del resto del cuerpo, y por lo tanto el individuo afectado empieza a perder sensibilidad ante el calor, el dolor, las texturas y otras sensaciones. La insensibilidad suele empezar en los pies, y avanza en el resto del cuerpo, hasta el rostro.
Si la inflamación afecta a los nervios del tórax y del diafragma –el gran músculo bajo los pulmones que les ayuda a respirar–, y esos músculos están débiles, el paciente puede llegar a requerir asistencia respiratoria.
Según información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la incidencia anual del síndrome de Guillain-Barré oscila entre 0,4 y 4 casos por 100.000 habitantes por año. No hay una cura específica, y los tratamientos suelen centrarse en reducir la gravedad de los síntomas.
Además, la OMS reconoce la coincidencia "espacio-temporal" del zika y del síndrome de Guillain-Barré, pero a falta de más datos no establece un vínculo directo entre ambos males.