Las autoridades de Estados Unidos exigieron este miércoles el fin de "la ocupación ilegal" de un parque nacional de Oregón, un día después de que un choque entre la policía y manifestantes antigubernamentales dejara un muerto y ocho detenidos.
"Ha llegado el momento de que todo el mundo que participa en esta ocupación ilegal se vaya", dijo el sheriff del condado de Harvey, Dave Ward, durante una rueda de prensa celebrada en la localidad Burns, cerca de la reserva natural Malheur. Y advirtió: "No tiene que haber un derramamiento de sangre en nuestra comunidad".
En respuesta, el líder de la milicia armada pidió, a través de su abogado, que todos los activistas abandonen la movilización y regresen a sus casas. "A todos los que están en el refugio, los quiero. Sigamos esta lucha desde aquí. Por favor, abandonen (la protesta). Vuelvan a casa y abracen a sus familias", solicitó Ammon Bundy, detenido desde el martes, mediante un comunicado facilitado por su representante legal Michael Arnold. Y agregó: "Esta lucha es nuestra desde ahora en los tribunales. Por favor vuelvan a casa".
La protesta que mantenían desde el 2 de enero, por la gestión del gobierno de las tierras federales, se convirtió en tragedia la tarde del martes. Uno de los manifestantes falleció cuando iba a ser detenido, después de que el grupo se enfrentó con varios agentes en un control policial instalado en una carretera. El incidente terminó con otras ocho personas detenidas, entre ellas Ammon Bundy, líder de la ocupación.
"Los ocupantes armados han tenido muchas oportunidades para irse pacíficamente, han tenido oportunidades para negociar", señaló de su lado el agente especial del FBI, Greg Bretzing. "Sin embargo, estos individuos han elegido amenazas e intimidar el país que aseguran amar", precisó.
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El grupo Bundy, integrado por unas 150 personas que ha incluido gente de estados apartados como Arizona y Michigan, ocupó el pasado 2 de enero el Refugio Nacional Malheur de Vida Silvestre, luego de participar en una marcha pacífica en contra de las condenas de cárcel de los granjeros Dwight y Steven Hammond, sentenciados a tres años de prisión por incendios que consumieron tierras federales.
Las protestas se llevaron a cabo ya que tras cumplir sus condenas originales, de tres meses para Dwight y un año para Steven, un juez de apelaciones determinó en octubre pasado que esas penas fueron demasiado leves y le ordenó regresar a prisión por cuatro años más.