Los perros, como las personas, también pueden presentar un exceso de energía que se percibe en su comportamiento diario. Muchas veces puede deberse a dos motivos puntuales: aburrimiento o falta de estimulación.
El "encantador" de perros César Millan sugirió que la clave está en la forma en que el dueño interactúa con su mascota y el tipo de actividad que el perro realiza a diario.
A continuación, algunas técnicas que el experto recomienda para calmar a un perro hiperactivo.
Ignorar este comportamiento
Los perros buscan atención de sus dueños. Al prestarle atención a un perro hiperactivo en alguno de sus estallidos, justamente se reforzará esa conducta que se busca erradicar. La próxima vez que la mascota esté saltando o mordiendo algo, mejor probar la siguiente estrategia: no tocarla, no hablarle, no hacer contacto visual y esperar a ver cómo resulta. "Podrán sorprenderse con la rapidez con la que el perro se normaliza".
Darle una tarea
Esta táctica lo ayudará a centrarse en algo. La hiperactividad en los perros puede proceder tanto de una necesidad psicológica como física. Al ofrecerle una tarea, volcará allí toda su energía. Por ejemplo, que lleve una mochila o bolsa para perros con un peso extra, eso lo mantendrá concentrado en lugar de distraerse en el camino con otras cosas.
Caminatas
Si el perro tiene una gran cantidad de energía acumulada, un paseo intenso es otra excelente manera de redireccionar el foco de su tensión. Una vez quemada esa energía extra, quedará gratamente agotado como para saltar o molestar. Sin esa frustración, estará mucho más relajado.
Revisar la propia energía
Su perro muchas veces es el espejo de los dueños. Toda la energía que se proyecta, se verá reflejada en ellos. Los estados de ánimo nerviosos o ansiosos pueden traducirse a través del lenguaje o del tono de voz, con un cuerpo nervioso o ansioso, y así, afectar a la energía del perro.
"Para ser el líder de la manada hay que estar en sintonía con la energía", dijo Millan, quien además recomendó probar con terapias como la aromaterapia para armonizarlos, ya que los perros experimentan el mundo principalmente por el olor. Por ejemplo, así como el aroma a lavanda ayuda a relajar a los seres humanos, un olor suave también puede tener un efecto muy calmante en la mascota.