El estrés es un mal de esta época, se sabe. Lo que ocurre de un tiempo a esta parte es que este trastorno propio de las exigencias cotidianas y de la superposición de tareas se volvió un mal recurrente, también en vacaciones.
Por más que cueste creerlo, existe una gran cantidad de personas para quienes las vacaciones en vez de ser un momento para relajarse y olvidarse de preocupaciones, pasan a ser todo lo contrario, ya que no logran desconectarse de su actividad laboral cotidiana.
Según la licenciada en Psicología Gabriela Martínez Castro, "el estrés no se toma vacaciones, ya que es común observar hoy en día a personas que se estresan más en el receso vacacional que en la abrumadora rutina laboral del año".
Para la directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (Ceeta), "hoy día, es más que frecuente encontrar en nuestras consultas a pacientes que explican que su problema comenzó durante sus vacaciones, que están nerviosos, angustiados y sobresaltados, todo les preocupa, transpiran mucho, tienen taquicardia y problemas para dormir. En ciertos casos, acompañan del relato de una crisis de pánico, como corolario".
Cuando estas personas son sometidas a factores que les producen mayor ansiedad o estrés, como puede ser el ocio, están más predispuestas a padecer trastornos de ansiedad.
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