El oxígeno recibido por el régimen de los mullahs iraníes con el levantamiento de las sanciones impuestas en su tiempo por la comunidad internacional, junto al descongelamiento de activos por más de 100 mil millones de dólares estadounidenses, permitirá nuevamente a Teherán el envío anual de mil millones de dólares a a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" Hezbollah/a, su ejército chiita de ocupación en Líbano y milicia privada del presidente sirio Bashar al Assad en la guerra civil que está librando para mantenerse en el poder.
Al mismo tiempo, el acuerdo firmado esta semana entre el líder cristiano de las fuerzas libanesas, Samir Geagea, con su histórico archirrival, el también cristiano Michel Aoun (delfín de Hezbollah y bendecido por Teherán para ocupar la presidencia del Líbano), alivió la tensión interna en la arena política libanesa y pareciera que luego de una acefalía presidencial de casi dos años, finalmente, Líbano tendrá un presidente, aunque quien ocupe el palacio presidencial de Baabda sea una marioneta de Irán.
La concesión de Geagea debe entenderse como un acto de freno a las aspiraciones presidenciales de Suleiman Frangieh, otro cristiano que, al igual que Michel Aoun, responde a Damasco y Teherán. Sin embargo, no deja de sorprender la claudicación política del jefe de las fuerzas libanesas cristianas. Esto simbolizaba la última esperanza de los libaneses que integran el Grupo 14 de Marzo, aliado a Occidente y conducido por Saad Hariri, hijo del ex primer ministro Rafik Hariri, asesinado con camión bomba en Beirut el 14 de febrero de 2005 en una acción coordinada por el régimen sirio y elementos terroristas de Hezbollah aún prófugos de la Justicia, según el dictamen del Tribunal Especial para el caso de la muerte del señor Hariri.
Este escenario local, más el aplastante avance del accionar aéreo ruso en operaciones coordinadas con las fuerzas del régimen sirio sobre los rebeldes del Ejercito Libre Sirio (ELS) y los islamistas del ISIS, ha favorecido el fortalecimiento de Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah.
Nasrallah puede atender ahora el frente libanés con mayor tranquilidad y replegar la mayoría de sus miles de hombres desplazados hoy en operaciones militares dentro de Siria en apoyo del presidente al Assad.
Ante este escenario de alivio para Hezbollah, el pasado jueves Hassan Nasrallah ha brindado, desde su búnker secreto, una entrevista al canal de televisión libanesa Al Manar (órgano de prensa de su organización). En ella, llama abiertamente a una nueva guerra contra Israel en Galilea, Tel Aviv, Jerusalén y en todo el territorio israelí.
El líder del grupo terrorista chiita declaró: "Estamos realizando todos los preparativos necesarios para una futura guerra con Israel".
El jefe de Hezbollah prometió que el grupo vengará cada uno de los ataques de Israel en Siria y las violaciones aéreas diarias de los aviones israelíes sobre el Líbano. "Daremos respuesta a cada ataque contra el pueblo sirio y nuestro territorio, como también defenderemos nuestros recursos gasíferos marítimos que los israelíes intentan robarnos".
"Tenemos el apoyo de nuestros amigos, las armas terrestres, aéreas y marítimas que potencian nuestras capacidades militares y nos darán la victoria". "Los que creen que la capacidad militar de la resistencia ha sido dañada están muy equivocados, hoy somos cien veces más fuertes que en la guerra de 2006 contra la entidad sionista", declaró Nasrallah. "Si Israel cree lo contrario, está equivocado y pagara un alto precio", enfatizó.
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