La desregulación de los precios impulsada por el Gobierno produjo una fuerte alza en los productos de la canasta básica. En diciembre, las empresas líderes de alimentos, bebidas y artículos de limpieza y perfumería aplicaron aumentos de hasta el 60% en algunos de los cientos de productos que fueron quitados del programa Precios Cuidados.
Entre los artículos que más se encarecieron, aparecen las leches de la marca "La Serenísima", de Mastellone, con incrementos de más del 40 por ciento, mientras que de 11 productos frescos que ya no forman parte del acuerdo comercial, algunos subieron un 77% (carne), 62% (frutas y verduras) y más de 46% (pollo), informó hoy el diario Clarín. Unilever incrementó un 46% el lavavajillas cremoso Ala y varios artículos de Pepsico y Arcor registraron incrementos del orden de entre 40% y 60 por ciento.
Los precios que más preocupación generan entre los consumidores son los de la carne, el principal alimento que encabezó las subas. Ayer, en un hipermercado de zona norte, podía conseguirse el kilo de colita de cuadril a $199; el ojo de bife, $ 193; el peceto de novillo, $200, y la paleta de novillo 120 pesos, publicó hoy el diario La Nación.
El "Indec de la Ciudad" registró que la canasta alimentaria porteña para un matrimonio compuesto por una mujer y un varón, ambos de 35 años, activos, con dos hijos varones de 6 y 9 años e inquilinos de la vivienda, tuvo un incremento de 4,22%, por encima de la canasta total (3,25%), que incluye algunos servicios, y de la inflación de la ciudad, que registró un alza de 3,9% para ese mes. El dato configura la mayor alza en esa canasta desde enero de 2014, el mes cuando el ex ministro Axel Kicillof impulsó una devaluación del orden del 20 por ciento.
El gobierno nacional se defiende del repunte inflacionario al afirmar que la gestión anterior de la Secretaría de Comercio, que encabezaba Augusto Costa, dejó una "zona liberada" para que suban los precios, cuando era fuerte el rumor de que se produciría una devaluación. El kirchnerismo, en cambio, considera que fue justamente la depreciación de la moneda lo que provocó que las empresas aumenten y armen el famoso "colchón" para no perder rentabilidad con el ajuste del tipo de cambio.
Las estadísticas porteñas reflejaron que también hubo incrementos generalizados en cereales y legumbres (3,77%); leche, yogures y productos lácteos (2,2%); aceites y grasas (2,09%); azúcar y dulces (2,05%); bebidas (2,89%), y otros alimentos (1,5%).
En lo que respecta a servicios, el alza en salud tuvo una suba de 12,23 por ciento. Otros servicios y bienes no alimentarios que subieron fueron: alquiler (2%), expensas (0,04%), comunicaciones (2,15%), útiles escolares (2,85%), artículos de limpieza (3,01%), esparcimiento (6,5%), cuidado personal (2,89%), indumentaria (3,47%), y electrodomésticos (5,09%).
En principio, todo parece indicar que los precios seguirán aumentando. Si bien un informe del Ministerio de Producción señaló que hubo una desaceleración del 0,3% en la tercera semana de diciembre, entidades de defensa del consumidor contradicen el optimismo oficial. La Asociación de Consumidores Libres, que dirige Héctor Polino, calculó que durante la primera quincena de enero los precios de los bienes de la canasta básica aumentaron 1,6 por ciento en lo que va del mes, mientras que diversas consultoras privadas estiman que la variación de precios terminará entre el 3 y el 4 por ciento en enero.
Los números de inflación contrastan con las expectativas del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, quien había dicho que los precios ya estaban en niveles previos a la aceleración que se disparó con el anuncio de devaluación de diciembre. "En nuestras mediciones, la inflación tuvo un salto en la segunda quincena de noviembre y primera quincena de diciembre, aterrizando en la primera quincena de enero para estar en niveles parecidos a los que había en septiembre y octubre de 2015", afirmó el ministro.
A contramano de Prat-Gay, ningún analista estima para enero una inflación del orden del 1,5-1,9 por ciento. Polino midió 1,6 por ciento sólo en la primera quincena y estima que el mes cerrará con un 3,2 por ciento. Por su parte, Juan Luis Bour, de FIEL, proyectó una inflación mensual de entre el 3 y el 4 por ciento; Luciano Cohan, de Elypsis, estimó un 2,5 por ciento para enero. Una suba de ese tipo se montará sobre el 2,9 por ciento de noviembre y el 3,8 por ciento de diciembre, según datos de Bein.
Hasta que se celebren las paritarias, que en su mayoría arrancan en marzo-abril, se prevé que continúe el ajuste en el bolsillo de los asalariados. El Gobierno anunció para el mes de febrero el comienzo de la reducción de los subsidios a la energía, que terminará recortando 105 mil millones de pesos en todo el año. La decisión provocará una nueva alza sensible en las tarifas de luz y gas al consumo residencial y para las empresas, un gasto que tiene incidencia en el termómetro de la inflación.