La región compuesta por América Latina y el Caribe se contraerá en 2016 un 0,3%, lo que supone el segundo descenso consecutivo, algo que no ocurría desde 1983-1983, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe.
La razón de esta caída, según el organismo, no admite demasiadas interpretaciones: la recesión en Brasil arrastrará a la región a la baja. Ocurre que el gigante sudamericano caerá un 3,5%, según los pronósticos, luego de una baja del 3,8% en 2015. Ni siquiera el alza del 2,6% proyectado para México –que en 2017 crecerá un 2,9%–, otro gran mercado del continente, logrará compensar la crisis económica y política que sufre el gobierno de Dilma Rousseff.
Los nuevos cálculos del FMI reducen 1,1 puntos porcentuales su evaluación de octubre para la economía latinoamericana, el mayor recorte regional de la actualización del informe de "Perspectivas Económicas Globales"; y prevé también un alza para 2017 del 1,6%, siete décimas menos de lo estimado previamente.La primera economía regional volvió a recibir un contundente recorte en sus previsiones, con una contracción estimada para este año del 3,5% (2,5 puntos porcentuales más que lo estimado en octubre) y de 0% para el próximo (2,3 puntos porcentuales menos que hace cuatro meses).
A juicio del Fondo, la "recesión de Brasil, causada por la incertidumbre política en medio de las secuelas ininterrumpidas de la investigación de Petrobras, está demostrando ser más profunda y prolongada que lo esperado".
"La proyección actual apunta a que el PIB agregado de América Latina y el Caribe se contraerá también en 2016, aunque a una tasa más baja que en 2015, a pesar del crecimiento positivo en la mayoría de los países de la región. Esto refleja la recesión de Brasil y otros países en dificultades económicas", alertó el FMI.
Sin mencionar cuáles serán las otras naciones que estarán en problemas, se descuenta que una de ellas es Venezuela, ya que el lunes el jefe del departamento para América Latina del FMI, Alejandro Werner, advirtió que la situación económica en el país caribeño se empeorará tanto que la inflación podría alcanzar en 2016 el 500%.
"La inflación puede continuar moviéndose hacia arriba de forma explosiva durante los próximos meses", aseguró al refutar la cifra oficial de inflación del 141,5% emitida por el Banco Central venezolano: señaló en cambio que el aumento del índice de precios en el país con mayores reservas de petróleo del mundo alcanzó el 270% y que continuará la curva ascendente durante los próximos 12 meses.
Economía mundial
El crecimiento mundial alcanzaría, según las proyecciones del FMI, el 3,4% en 2016 y el 3,6% en 2017, un pronóstico más gradual que el previsto en octubre de 2015, debido a un repunte menor del esperado en los países avanzados y las dudas sobre los emergentes, con China en plena desaceleración y Brasil en aguda recesión.
Estas cifras suponen una rebaja de dos décimas porcentuales respecto a los cálculos de octubre para la economía global tanto en este año como en el próximo, al apuntar "la gran incertidumbre en el ambiente".
"Los riesgos para las perspectivas mundiales continúan inclinándose a la baja y están relacionados con los ajustes que están ocurriendo en la economía mundial: la desaceleración generalizada de las economías de mercados emergentes, el reequilibramiento de la economía china, la caída de los precios de las materias primas y el repliegue paulatino de las condiciones monetarias extraordinariamente acomodaticias en los Estados Unidos. Si estos retos fundamentales no se manejan adecuadamente, el crecimiento mundial podría descarrilarse", explicó el informe.
La entidad, en tanto, prevé para los Estados Unidos un crecimiento de 2,1%, 0,2 punto porcentual por debajo de la expectativa de octubre, fundamentalmente debido al impacto que el fortalecimiento del dólar tiene sobre las exportaciones.
Especial énfasis destaca el documento a los países emergentes, cuyas actividades se desaceleraron por quinto año consecutivo, pese a que generan el 70% de la economía mundial.
Atención especial a China
En su nuevo estudio, el FMI se concentró en los riesgos que podrían conducir al surgimiento de crisis localizadas, pero con consecuencias generalizadas.
La transición de China, la segunda mayor economía del mundo, constituye así la preocupación fundamental.
La súbita reducción de las importaciones y las exportaciones chinas pone más presión todavía sobre un mercado mundial de commodities ya deprimido, y con ello afecta directamente a los exportadores de numerosos países, muy en especial a Australia y Brasil, productores con perfil exportador.
Como efecto secundario, señaló el FMI, esa tendencia aumenta la inestabilidad en la confianza de los mercados en todo el mundo y añade suficiente volatilidad como para frenar las inversiones de largo plazo.
Para el FMI, un escenario de agudización de la desaceleración China podría conducir a un debilitamiento de su moneda, arrastrando con ello a monedas de otros países.
A esto se le debe añadir el programa de aumento de las tasas de interés en los Estados Unidos, que fortalece al dólar y eleva los costos de mercados emergentes y países pobres para conseguir créditos.