Su mirada, atravesada por el color, es una manera de entender el mundo. De amplia formación en materia de moda y asesoramiento de imagen, combinada con una sensibilidad particular, Carolina Aubele invita a redescubrir los colores según las claves energéticas que vibran en cada uno de ellos. En diálogo con Infobae reveló cómo aprovecharlas para realzar la belleza natural de las personas y los ambientes.
"Los colores no tienen existencia propia", afirma en el inicio de su reciente libro: 'Color!". Y es que, efectivamente, el color es en realidad la forma en que se perciben los estímulos luminosos y, sobre todo, su energía. Por eso, incluso las personas no videntes pueden detectar las frecuencias de vibración que habitan en los distintos colores.
En ese sentido, las recomendaciones de color para una oficina no son las mismas que para un dormitorio o para un pasillo. En el primer caso, una buena opción es incorporar naranja ya que estimula la creatividad y la energía positiva. Para las habitaciones, los azules y celestes, favorecen el descanso; en cambio, para un pasillo, al ser un lugar de transición, una alternativa divertida y original puede ser el rojo.
En el citado libro, Aubele desarrolla la noción de colorimetría como el estudio de los colores naturales del ser humano, es decir, la compatibilidad cromática que se puede observar en cada persona.
A partir de una prueba de colorimetría, que consiste en colocar debajo del rostro un lamé plateado y otro dorado, se busca detectar cuál es el efecto que beneficia más a la persona. Si se observa mayor compatibilidad con el plateado, será de paleta fría. En cambio, si el rostro se ve realzado mediante el dorado, será de paleta cálida.
Algunas de las famosas de paletas frías son las actrices Anne Hathaway y Cate Blanchett, mientras que la supermodelo brasilera Gisele Bündchen y la actriz Penélope Cruz son de paletas cálidas.
Dado que cada color tiene sus propias energías una de las formas de incorporarlas de manera consciente a la vida cotidiana es mediante la elección de prendas cuyas tonalidades acompañen o complementen el estado de ánimo.
"Hay colores más vibrantes y cálidos como el rojo o el naranja fuerte que nos ponen veloces. En cambio, los azules y los verdes claros nos ponen más tranquilos. Esto incide en cómo nos sentimos, cómo armamos el personaje y cómo hablamos hacia afuera a través de los colores", señaló Aubele.
Las prendas que no pueden faltar en un guardarropas son aquellas que funcionan como comodines para armar distintos conjuntos y que perduran más allá de las tendencias. Para la mujer, algunas de ellas son: un vestido negro, una camisa blanca, un blazer negro y unos jeans índigo. Para el varón, incluye una chomba azul, una remera y una camisa blancas y, también unos jeans índigo.
Además, la experta precisó: "Los básicos son aquellos colores democráticos que, a su vez, permiten correr riesgos. El caqui, por ejemplo, se puede usar con blanco que es muy refinado, pero también con un coral".
Conocer si uno pertenece a las paletas frías o cálidas también tiene su impacto en el maquillaje. "Siempre las paletas cálidas se van a ver beneficiadas por colores cálidos, tirando hacia los duraznos, damascos, tierras, marrones, cobrizos, dorados.
En tanto, las paletas frías van a ir por los rosados, los celeste, lavanda, lila, violáceos", concluyó.