El máximo capo narco de la actualidad, Joaquín a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" "El Chapo" Guzmán/a, no perdió poder mientras permaneció poco más de un año en el penal de máxima seguridad El Altiplano. Y quizás por ese motivo sabía perfectamente que más temprano que tarde se fugaría de allí, dejando en ridículo no sólo a sus captores inmediatos, sino también a las máximas autoridades de México.
A partir del sábado 11 de julio a las 20:52, nadie más supo de él. En la celda 20, por razones humanitarias, hay dos puntos ciegos. Dos puntos que las cámaras de seguridad no pueden monitorear. Y fue en uno de ellos donde los colaboradores de "El Chapo" hicieron el boquete que permitió la salida del narcotraficante y jefe del a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" Cártel de Sinaloa/a. Los investigadores no tienen dudas: los cómplices de Guzmán contaban con todos los detalles de El Altiplano. Los planos llegaron a su poder hace mucho tiempo. Ahora tratarán de determinar cómo fue que pudieron acceder a ellos.
Uno de esos puntos ciegos –el utilizado por los hombre de Sinaloa– está en la regadera de la celda, donde un número no revelado de cámaras vigilaba cada uno de los movimientos del capo narco durante las 24 horas, todos los días. A la hora señalada, el boquete de 50 centímetros fue realizado milimétricamente fuera del alcance de las lentes. Justo en el drenaje. Las convenciones de derechos humanos impiden que una cámara monitoree los momentos de intimidad o los puntos de higiene de los reclusos. Ese hecho ayudó a "El Chapo" a escapar. Ironías de su destino.
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