El régimen chino decidió destruir la megaesfinge dorada que capitales privados habían realizado del ex dictador y genocida Mao Zedong en la provincia central de Henan. Con una altura de 36 metros y una espectacularidad digna de otra era, la estatua comenzó a ser demolida el jueves, luego de que el mundo ridiculizara la figura del dirigente chino.
El monumento, que tuvo un costo aproximado de medio millón de dólares, permanecía sentado en el medio de una extensa tierra inhabitada. La figura de Mao se erigía monumental en el medio de la nada con una curiosidad: mientras que el responsable de la muerte de 45 millones de personas permanecía sentado, otra cabeza suya se hallaba a su costado sin ninguna explicación por parte de los constructores. La bicefalía del memorial fue la burla más repetida en las redes sociales.
La versión de su destrucción comenzó a girar en las últimas horas del jueves y fue confirmada este viernes cuando fotos que mostraban al dictador sin sus piernas y manos confirmaban la decisión de terminar con el grotesco. El argumento más firme es que la decisión del régimen fue para terminar con las bromas en torno al ex líder chino, sin embargo, se hizo repetir a la población local que le decisión se tomó a raíz de que la estatua dorada había sido levantada en un lugar sin autorización.
"Escuché que fue destruida ayer, porque estaba ocupando la tierra de un granjero", señaló un poblador de la provincia de Henan, según consignó el diario inglés The Guardian. Paradójicamente, ese estado chino había sido uno de los más golpeados por las decisiones gubernamentales que tomó Mao durante su feroz dictadura. Más de diez millones de habitantes murieron tras el plan Gran Salto Adelante, que se tradujo en una hambruna incontrolable para las autoridades del Partido Comunista.