El audio que se filtró, y que tuvo como protagonistas a Nery Domínguez y a Omar Palma, hizo explotar a Rosario y todo el país. Más allá de la bronca del volante con los dirigentes de Rosario Central, afirmaron que Diego Ceballos "estaba comprado" en la Final de la Copa Argentina y que los mandatarios del Canalla debieron haber sobornado a Huracán en la anterior definición de ese torneo.
El juez contradijo cada una de las declaraciones del mediocampista y con un testimonio desgarrador, explicó las dificultades que atraviesa hoy por hoy. "La realidad es que hoy se me acabó la carrera, no puedo dirigir ni un partido de solteros contra casados, pero de algo estoy seguro y es que no quiero desaparecer del mundo del arbitraje. Me va a costar muchísimo volver y todavía estoy pagando mis equivocaciones. Mi situación aún no se resolvió", manifestó el hombre de negro del Boca-Rosario Central polémico en Córdoba.
Ante estas palabras, el árbitro, de flojo desempeño en la definición que terminó coronando al equipo del Vasco Arruabarrena, volvió a quedar bajo la lupa y ser cuestionado. Por tal razón, salió a dar su versión de lo acontecido: "Me enteré por comentarios de conocidos. Los desmiento rotundamente. No me puedo enganchar en todo lo que dicen. Son dos personas representativas de Central, pero es un invento. Pueden hablar de mí todo lo que quieran, pero sigo durmiendo tranquilo con mi conciencia".
Aunque luego, en diálogo con el Diario Olé, agregó: "Estoy destrozado por lo que pasó aquella noche en la Final en Córdoba, porque mi carrera se derrumbó. Y sé que cometí un error grosero en el penal que sancioné a favor de Boca. La falta a Peruzzi fue bastante afuera del área. Pero sigo angustiado por lo que me tocó vivir".