Teatro Colón: la gran joya arquitectónica de Buenos Aires

Con una capacidad para 3 mil personas, es la casa de ópera más grande del país. Cuenta con una acústica perfecta y un estilo que combina lo mejor de las formas germánicas e italianas y las decoraciones francesas

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Su localización es privilegiada: en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires y como gran símbolo nacional no podría haber sido inaugurado otro día que el 25 de mayo, aunque de 1908.

El centenario edificio reemplaza al antiguo Teatro Colón, que se encontraba en la manzana que ocupa hoy el Banco Nación, frente a la Plaza de Mayo -funcionó entre 1857 y 1888-, y los primeros sonidos que su acústica perfecta replicaron fue la ópera Aida de Giuseppe Verdi, considerado padre del teatro.

"Para fines del siglo XIX la Plaza de Mayo se terminó de convertir en el centro político del país. Había dos proyectos: uno hacerlo donde está el actual Congreso y el otro donde está en la actualidad", explicó a Infobae Gabriel Damill, guía del teatro.

La construcción del nuevo edificio llevó alrededor de 20 años, siendo colocada su piedra fundamental el 25 de mayo de 1890. Gabriel Damill recordó que todo fue "dentro del marco de la generación del 80, una época donde había muchísimo dinero". En ese entonces Argentina era uno de los países más ricos del mundo y por eso debía tener una gran casa de ópera, con una estética Beaux-Arts, acorde a esa visión arquitectónica europeísta que también engalanó la Avenida de Mayo, entre otras zonas de la ciudad.

Durante su edificación pasaron tres arquitectos y, según los relatos de la época, fue una verdadera "tragedia italiana". El proyecto inicial estuvo a cargo del italiano Francesco Tamburini, arquitecto oficial del Estado, quien murió el mismo año en que realizó el diseño. Su socio, el arquitecto Víctor Meano, lo continúo, pero en 1904 fue asesinado. El que finalmente terminó la obra y le dió un toque más francés fue el belga Jules Dormal.

Sin embargo, esta fatídica historia devino en una combinación única, que lo transforma en una extraordinaria pieza de eclecticismo historicista. Allí conviven una volumetría exterior de origen germánico, con la clásica sala en forma de herradura de los italianos y vestíbulos y foyers de la tradición francesa.

En el edificio funciona el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, de donde salieron muchos de los artistas más destacados en diferentes disciplinas, algunos con exitosas carrera en todo el mundo, como los bailarines Julio Bocca, Paloma Herrera, Liliana Belfiore, Raúl Candal, Maximiliano Guerra, Norma Fontenla y José Neglia, entre otros.

"En su estilo arquitectónico predominan las formas italianas y decoraciones francesas. Todos los materiales fueron traídos de Europa. Los mármoles de la escalera principal son de carrara, de Siena, Italia, el roble del piso es de la región de Eslavonia (Croacia)", sumó Damill.

El estilo ecléctico del edificio es propio de principios del siglo XX y abarca 8.202 metros cuadrados. La superficie total cubierta del edificio antiguo es de 37.884 metros cuadrados.

La sala principal tiene forma de herradura y cumple estrictamente con las normas del teatro clásico italiano y francés. La planta, que está bordeada de palcos hasta el tercer piso, tiene forma herradura. El escenario posee una inclinación de tres centímetros por metro y tiene 35,25 metros de ancho por 34,50 de profundidad, y 48 metros de altura. Posee un disco giratorio de 20,30 metros de diámetro que puede accionarse para girar en cualquier sentido y cambiar rápidamente los escenas. Además, el foso de la orquesta posee una capacidad para 120 músicos.

Estas condiciones, las proporciones arquitectónicas de la sala y la calidad de los materiales contribuyen a que el Teatro Colón, Monumento Histórico Nacional a partir de 1989, tenga una acústica excepcional, reconocida mundialmente como una de las más perfectas.