Dilma Rousseff aumentó el salario mínimo un 11,6%

El gobierno brasileño hizo el anuncio que será efectivo a partir del próximo 1 de enero. Así, el piso salarial alcanzará los 880 reales, que equivalen a 228 dólares

EFE 163

Con esa subida, incluida en un decreto firmado por la presidente Dilma Rousseff, el sueldo mínimo llegará en Brasil a 880 reales, que equivalen a 228 dólares según el cambio de hoy.

"El Gobierno da continuidad así a su política de valorización del salario mínimo, que tiene un impacto directo sobre 40 millones de trabajadores y jubilados, que actualmente reciben el piso salarial", dice la breve nota en la que se anuncia el aumento.

De esta manera se compensa la inflación acumulada durante este año, que según coinciden analistas privados y el Banco Central cerrará en casi un 11 por ciento. Según la nota, el decreto será publicado mañana, miércoles, en el Diario Oficial y el nuevo valor del salario mínimo entrará en vigor el día 1 de enero

Brasil cayó en recesión en el segundo trimestre del año y casi todos sus indicadores se derrumbaron. El oscuro presente económico también se percibe en los 39.500 millones de reales de déficit acumulado en las cuentas públicas en lo que va del año, más del doble de los 19.600 millones de igual período de 2014.

El resultado consolidado del sector público incluye el del gobierno central, el de los estados y buena parte de las empresas públicas.

La séptima economía global había terminado 2014 con un déficit primario del 0,6% del PIB y este año el Congreso autorizó un rojo fiscal de hasta un 2% en medio de la profunda recesión que golpea al país.

La crisis económica seguirá el año que viene, según todos los pronósticos, y podría llevar a Brasil a tener su primer bienio de recesión desde la década de los 30.

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El Gobierno espera una contracción económica del 3,1% este año y del 1,9% para el próximo, tras un año en que la inflación llegó al 10,5%, el desempleo aumentó al 7,5% tras muchos meses en mínimos históricos y el real sufrió una depreciación cercana al 30% respecto del dólar.

Después de que el Congreso autorizara un déficit fiscal del 2% del PIB para 2015, tras una ardua batalla, los legisladores aprobaron el presupuesto 2016 con un modesto superávit primario del 0,5%, por debajo de lo que pretendía el por entonces ministro de Hacienda, Joaquim Levy, quien dejó su cargo días más tarde y fue reemplazado por Nelson Barbosa.

Los problemas fiscales llevaron a las agencias Standard & Poor's y Fitch Ratings a retirarle el preciado grado de inversión a Brasil y rebajaron sus títulos de deuda soberana a la categoría "basura".