Visitar el barrio de Montmartre es el mejor resumen de lo que significa París. Un lugar donde se siente el espíritu de la bohemia, de los intelectuales y artistas que vivieron aquí en otras épocas y que aún se mantiene vivo. Artistas como Dalí y Picasso se daban cita en sus cafés y se inspiraban en las calles adoquinas e intrincadas tan características.
A Montmartre se lo conoce como La Butte o colina donde destaca el ícono más representativo, la Basílica del Sagrado Corazón que atrae a millones de turistas al año para descubrir esta imponente obra. Se accede ascendiendo las escalinatas o mediante funicular. Se puede además recorrer el barrio en una visita turística guiada a bordo de un tren que dura 30 minutos y que condensa lo más destacado.
La mejor forma de descubrir sus calles es tranquilo y sin apuro, disfrutando de ricos cafés, admirando los retratos de las artistas callejeros, tentándose con los aromas de los crepes que todo lo inundan, o degustando una riquísima baguette o croissant que se ofrecen en cada esquina. Un lugar donde cada instante vale la pena y donde se vive el espíritu del flanneur, del paseante que no se apura y que descubre sin apuro, las bellezas de lo cotidiano.