El 4 de diciembre pasado, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Jacob J. Lew, llamó a Alfonso Prat Gay, ministro de Hacienda y Finanzas, y comenzó una nueva etapa en la relación de la Argentina con el gobierno de los EEUU. Lew le comunicó al entonces futuro ministro su deseo de trabajar en una relación productiva con el equipo económico del presidente Mauricio Macri.
Luego de ese llamado, Prat Gay envió a su secretario de Finanzas, Luis "Toto" Caputo, para que negociara una línea por unos USD 6000 millones con un pool de bancos extranjeros. "A Toto le fue muy bien, pero muy bien en Nueva York", dijo el viernes pasado en una charla con periodistas luego de la jura de ministros donde estuvo Infobae.
Pero la noticia no viene por el lado de los bancos. Viene por otro lado y tal vez sacuda al mercado financiero local y provoque un cimbronazo en muchos sectores políticos que se niegan a volver a tener una relación financiera con los EEUU y en particular con el Fondo Monetario Internacional. La alternativa que ya ha puesto en marcha Prat Gay es una línea de asistencia financiera por USD 12.000 millones del Tesoro de los EEUU para engrosar las reservas internacionales del Banco Central (BCRA). Los dólares no llegarían de una sola vez, sino que se podrían enviar en tramos en la medida que el gobierno argentino lo solicite. El préstamo sería por un año con una tasa cercana al 4% anual.
"Todos creen que el préstamo de los bancos será fundamental para engrosar las reservas internacionales del BCRA, pero en realidad lo más importante son los USD 12.000 millones que podrían venir del Tesoro de los EEUU" dijo a Infobae un funcionario que tendrá mucha importancia en un organismo financiero estatal: "En realidad se está pensando en un paquete de USD 30.000 millones que ingresarán al BCRA", agregó el economista.
En caso de darse un préstamo de estas características, se confirmaría la vuelta de la Argentina al Tesoro de los EEUU, algo que no se observa desde agosto del 2001. En esa época, cuando la crisis financiera comenzaba a implosionar, el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, envió al entonces secretario de Finanzas Daniel Marx a negociar con el Tesoro una ayuda por USD 10.000 millones que jamás llegaría.
El Departamento de Estado de los EEUU expresó en ese entonces su deseo de éxito para Argentina, país del que alabó su plan para llevar a cabo un difícil pero necesario ajuste de su economía. Finalmente, Marx, jefe de la delegación argentina que negociaba en Washington con el FMI una posible ayuda financiera, no lo logró y esa fue la última vez que un gobierno argentino solicitó asistencia a los EEUU.
En septiembre de 2004 Néstor Kirchner y Roberto Lavagna rompieron con el FMI y se terminaron los préstamos a tasas usurarias que la Argentina nunca pagaba y refinanciaba constantemente con organismos financieros internacionales.
El 5 de diciembre Infobae adelantó que Prat Gay buscaba un paquete de unos USD 20.000 millones para reforzar las reservas del BCRA para generar confianza de los mercados y luego salir del cepo cambiario. El objetivo apunta a distintas fuentes de financiamiento: cerealeras (USD 10.000 millones); un swap con la Reserva Federal por unos USD 2.500 millones, unos 6.000 millones de un pool de bancos y una ampliación del swap con China por unos USD 2000 millones.
A esos fondos se sumarían ahora los USD 12.000 millones que se lograrían si se cierra una asistencia financiera con el Tesoro de los EEUU. El paquete financiero ahora totalizaría una suma cercana a los USD 30.000 millones, superior a los 20.000 millones que estima el mercado financiero.