Medios locales informaron este domingo que el país cuenta con unos 50.000 simpatizantes del movimiento terrorista con base en Siria e Irak, entre su población de 30 millones de personas, de los cuales el 61 por ciento profesa la fe musulmana.
Según explicó el ministro malasio de Transporte, Liow Tiong Lai, hay una importante preocupación por el futuro de estas personas, ya que reconoció que "estaremos en problemas si solo el uno por ciento de estos simpatizantes se radicaliza y empieza a atentar".
Durante su intervención en un seminario sobre seguridad nacional, informó el medio Malay Mail, el funcionario reconoció que "oponerse al extremismo con moderación es una tarea que no debe tomarse a la ligera. Nosotros, como colectividad, debemos estar comprometidos en esta tarea".
La problemática para las autoridades malayas es que aquellos que hoy comparten la ideología del ISIS y no desempeñan papeles activos, comienzan a radicalizarse y atentar contra la población.
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