"Mucha, mucha suerte". Ésas fueron las primeras palabras de deseo del ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, hacia María Eugenia Vidal, quien desde ahora ocupará su lugar en el gobierno bonaerense. Pero más allá del traspaso de mando, el saliente funcionario dejó un rojo fiscal que, sin números oficiales, el gobierno de Cambiemos estima en $15.000 millones.
El nuevo ministro de Economía de la provincia, Hernán Lacunza, fue quien calculó ese déficit para 2015, un año en el que el gobierno bonaerense tuvo un presupuesto de 250.000 millones de pesos. Si bien dijo que no es inmanejable, anticipó que se debe financiar "para garantizar la continuidad" y, ante todo, el pago de salarios y aguinaldos de diciembre.
"Vamos a trabajar para cumplir con esos pagos, porque no vamos a darles la espalda a esas familias", anticipó Vidal durante la jura, cuando no dudó en lanzar críticas hacia el gobierno de Scioli: "Recibimos una provincia quebrada, deficitaria, llena de deudas".
"Desconozco cómo están estimando el déficit las nuevas autoridades, pero nuestras estimaciones son similares. El déficit fiscal –con los pocos datos existentes y en base a proyecciones– rondaría los $14.800 millones", aseguró Walter Agosto, investigador principal de Cippec. Es que las cifras oficiales sólo llegan al primer trimestre del año, período en el que se evidenció un déficit de $2.090 milones.
El Cippec llegó a ese número debido a que los recursos propios de la provincia se incrementaron un 34% y los provenientes del régimen de coparticipación subieron un 32 por ciento. "Y el gasto total crecería 42% alentado por el contexto electoral".
El peso de la deuda
En diálogo con Infobae, Agosto anticipó que en el corto plazo el gobierno bonaerense tiene sólo dos alternativas de financiamiento: la asistencia del gobierno nacional (por las transferencias presupuestarias) y el financiamiento vía deuda.
Con los últimos datos disponibles a marzo de 2015, el stock de deuda de la provincia asciende a $84.000 millones, pero es un peso que se ha reducido sostenidamente. "En la actualidad representa el 44% de los recursos totales provinciales, cuando en 2003 era el 230 por ciento", comparó el investigador del Cippec.
El 35% es deuda refinanciada con el Gobierno, y no genera grandes inconvenientes porque rige un período de gracia para el pago de intereses y capital en 2016, bajo el Programa Federal de Desendeudamiento de las Provincias. El 49% es deuda con tenedores de bonos internacionales y el 8% con organismos internacionales. "Pero lo que más preocupa es la deuda flotante, con contratistas, proveedores y salarios. No se poseen datos, pero es lo primero que se tiene que regularizar", opinó Agosto.
El último informe del Instituto Argentino de Análisis Financiero (Iaraf) destacó que el gobierno de la provincia de Buenos Aires "logró mejorar el resultado fiscal deficitario hasta 2014". ¿Cómo lo hizo? Impulsado por el fuerte crecimiento de ingresos propios relacionado en parte a la suba de alícuotas legales del impuesto a los ingresos brutos y a un fuerte ajuste de obra pública en 2012. Pero el inicio del año 2015 abre un interrogante".
Sin embargo, desde Iaraf son más moderados: "Los datos de los otros meses permitirán saber si se readecuó el balance fiscal en el resto de los meses o por el contrario 2015 volverá a tener una performance fiscal de achicamiento del superávit fiscal o inclusive de retorno al déficit fiscal".