Matthew Riggins, de 22 años, encontró la muerte al escapar de la policía tras intentar, junto con un cómplice, ingresar a las casas de los vecinos de Florida para cometer una serie de delitos.
El asaltante habló con su novia por teléfono y le contó cuáles eran sus planes delictivos.
Los vecinos alertaron a la policía al observar dos hombres vestidos de negro que merodeaban cerca de las viviendas, y varias unidades comenzaron a rastrear a los fugitivos.
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