El partido entre Wanderers y Colo-Colo no pudo comenzar en la hora estipulada (17:00 hora local), ya que miembros de ambas aficiones invadieron el terreno de juego y dieron paso a una batalla campal.
Durante varios minutos, se pudo ver a través de la transmisión cómo los fanáticos peleaban armados de palos y objetos, mientras destruían cámaras de la transmisión oficial. Recién 15 minutos después del inicio de la pelea, un contingente de Fuerzas Especiales de Carabineros ingresó al césped para dispersar a los furibundos
Los equipos nunca salieron de los vestuarios del estadio Elías Figueroa Brander y el árbitro Enrique Osses decidió suspender el partido: "No se inició. No se puede jugar por ningún motivo. Los equipos fueron avisados y ahora la ANFP verá los pasos a seguir"
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