La ambición por anotar goles es uno de los peores enemigos de Cristiano Ronaldo, que suele quedar mal ante la opinión pública cuando se desespera por convertir e ignora que el fútbol es un juego de equipo. Volvió a sucederle esta jornada de la Liga de España, en el duelo entre Real Madrid y Getafe en el Santiago Benabéu.
El crack portugués quedó petrificado en el instante que Karim Benzema anotó el segundo gol del partido, que también era el segundo en su cuenta personal. En ese 2-0, la jugada se inicia con un centro al área del Getafe, que Gareth Bale bajó al punto de penal. Cristiano y Benzema ingresaban para rematar, pero al goleador luso lo tomaban de la camiseta.
Luego de una serie de rebotes, Benzema se encontró con la pelota y la mandó al fondo de la red. En vez de salir a festejar, CR7 miró al árbitro y le reclamó la falta que le hubiera dado la posibilidad de convertir un gol de penal.
Los jugadores del Real Madrid se abrazaron con el ariete francés y Cristiano se incorporó tibiamente a las celebraciones. El portugués anotó más tarde el cuarto gol del equipo blanco y se quitó las ganas de convertir.
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El conjunto de Rafa Benítez, que fue muy silbado por la grada en el recibimiento al equipo, logró un triunfo por 4-1 en la Liga después del escándalo que provocó su eliminación de la Copa del Rey, donde fue descalificado por utilizar un jugador suspendido.