"Si se diera ese escenario, negado y transmutado, Venezuela entraría en una de las más turbias y conmovedoras etapas de su vida política. Y nosotros defenderíamos la revolución, no la entregaríamos. Pasaría a una nueva etapa", dijo Nicolás Maduro durante una entrevista transmitida a fines de octubre por el canal estatal VTV. El mandatario afirmó que, en ese caso, gobernaría "con el pueblo, siempre con el pueblo, y en unión cívico-militar".
Diosdado Cabello, que preside la Asamblea Nacional y que es el número dos del régimen, habló en la misma sintonía el miércoles 25 de noviembre en un acto de campaña realizado en el estado de Monagas. "Si no tenemos mayoría en la Asamblea Nacional, seguramente aquí va a haber un conflicto de poderes, porque el presidente Nicolás Maduro no se va a dejar, estoy seguro", dijo.
"Si se concretaran las amenazas de Maduro y de Cabello, el escenario sería de violencia"
Si bien los resultados de las elecciones legislativas del 6 de diciembre no son fáciles de predecir, porque en cada distrito se vota de una manera distinta, y el chavismo cuenta con muchas ventajas, todas las encuestas coinciden en que la oposición ganará. Entonces, ¿el Gobierno cumplirá o no con sus advertencias?
"Si se concretaran las amenazas de Maduro y Cabello, el escenario seguro sería de violencia, porque les dijeron a sus bases que si la oposición obtiene la mayoría, la gente tiene carta blanca para salir a la calle y hacer lo que se le venga en gana. Ya asesinaron a un dirigente opositor, Luis Manuel Díaz, y hubo agresiones contra concentraciones en las que iban a participar Henrique Capriles y Lilian Tintori. Pareciera que el llamado a la violencia está siendo respondido, y eso es sumamente peligroso, porque además no hay respuesta oficial", explicó Nelly Arenas, doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela, consultada por Infobae.
Para la historiadora Margarita López Maya, también profesora de la Universidad Central, "hay una cosa muy dicotómica entre discurso y realidad". "Están tratando de amedrentar, asustar y restringir la libertad del voto. Es un discurso tan extremo que no tiene restricciones en ofensas, improperios y violaciones a la Constitución. Están obligados a mantener la paz, pero prácticamente que incitan a la violencia", dijo a Infobae.
"La situación de Venezuela es muy grave. Es uno de los países más peligrosos del mundo, y Caracas es la capital con más homicidios de América Latina. Hay grupos organizados oficialistas o simplemente grupos delincuenciales que, como no hay un Estado de derecho que imponga castigos, roban, secuestran y matan, porque es muy fácil", agregó.
"Están tratando de amedrentar, asustar y restringir la libertad del voto"
Sin embargo, puso en duda que el Presidente pueda desconocer tan fácilmente los resultados, ya que, para "gobernar en la calle", como advirtió, necesitaría tener un apoyo social del que en este momento carece.
"Me parece una fanfarronería ponerse a amenazar de esa manera, porque ya no tiene con qué —dijo López Maya—. La calle ya no está con el Gobierno. La identidad chavista no supera el 20% en las encuestas. Lo que puede hacer es mantener este estado de naturaleza en el que los colectivos armados hacen lo que quieren. Pero eso de que el pueblo va a salir a defenderlo no se lo cree nadie".
"Maduro no es un presidente popular —continuó—. Nunca ganó por una mayoría importante, y a lo largo del último año se agravó su problema de legitimidad por la escasez, la crisis económica, la inseguridad y todas las dificultades que está viviendo la sociedad venezolana. Si la ciudadanía dice que quiere un cambio el 6, y él se niega a reconocerlo, la situación se puede tornar explosiva y de incierta resolución".
Las alternativas que tiene el Gobierno
Está claro que no es posible saber qué ocurrirá, porque ni siquiera hay certezas sobre el resultado de los comicios. Pero en la hipótesis de un triunfo opositor, se puede especular con que al oficialismo se le abren tres grandes caminos.
El más extremo de todos sería un desconocimiento explícito de las elecciones. "Suponiendo que el Gobierno decida no reconocer los resultados, estarían dando paso hacia un golpe de Estado, lo que sería muy grave para el país. En ese escenario, que ojalá no se cumpla, habría que ver el comportamiento de los organismos internacionales. ¿Qué diría la Unasur frente a una ruptura constitucional tan flagrante?", se preguntó Arenas.
"Si deciden no reconocer los resultados, estarían dando paso hacia un golpe de Estado"
"La otra respuesta por analizar —continuó— es la de las Fuerzas Armadas. Sabemos que no son homogéneas, porque el alto mando es chavista, pero el resto no necesariamente. Si decidieran hacerse las sordomudas frente a algo tan grave, estaríamos en presencia de una dictadura con un componente militar aún más fuerte del que padecemos ahora los venezolanos".
El segundo camino posible va en sentido contrario: "Que ante la evidencia de la victoria opositora, Maduro se trague sus palabras, reconozca los resultados y comience un proceso de negociación política, donde el área crucial sería la económica. Eso inauguraría una nueva etapa en el proceso venezolano, que ha desconocido la palabras acuerdo y concertación. Es un escenario que no veo tan probable si se toman en cuenta los antecedentes históricos", dijo Arenas.
El tercer y último camino es el de los grises, la búsqueda de un punto intermedio. A grandes rasgos, el plan podría ser buscar los mecanismos institucionales para obviar y minimizar el impacto de la derrota electoral, sin romper explícitamente el orden democrático.
"El Ejecutivo podría tratar de anular el papel de la Asamblea Nacional —dijo Arenas—. Habría que ver cómo. Tal vez podría ser a través de una Ley Habilitante. En ese caso, es probable que se abra una etapa de conflicto severo entre el Presidente y la Asamblea. Va a ser un pugilato de proporciones incalculables".
"El Ejecutivo podría tratar de anular el papel de la Asamblea Nacional"
"El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) avalaría al Ejecutivo, porque es su esclavo. Pero eso aislaría mucho más al Gobierno, y le permitiría a la oposición desplegar más fuerzas y conseguir apoyos internacionales para mostrar que efectivamente hemos perdido la democracia", agregó.
De los tres escenarios, nadie duda de que el segundo sería el más sano para el país. Pero los analistas coinciden en que todas las señales que dan Maduro y sus lugartenientes tienen el sentido opuesto. De todos modos, tampoco parece muy probable que se atrevan a romper definitivamente el orden democrático haciendo un autogolpe, porque los costos serían muy grandes. Por eso, todo indica que se inclinarán por alguna variante intermedia.
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