La imagen que ilustra esta nota fue subida por Diana Sacayán misma a su cuenta de Facebook el 9 de octubre último. "Mi amigo, luchando con el cinto", escribió. En la caja de comentarios, las preguntas comenzaron a apilarse: amigas, compañeras de militancia de Diana buscaban saber quién era este hombre, si era quien la había visto viva por última vez. Fue esa foto que comenzó la investigación a cargo del fiscal Matías di Lello y la división Homicidios de la Policía Federal: solo se trataba de ponerle un nombre apellido a esa imagen.
Con el tiempo, hubo respuestas. Testimonios de compañeras trans revelaron que Sacayán había conocido a David en una serie de charlas de apoyo en el CENARESO, donde ambos enfrentaban un problema de dependencia a las drogas. De 25 años, oriundo de Morón, Diana lo había presentado entre amigos en unas pocas reuniones como "su chongo", su pareja ocasional, una relación que había comenzado hace pocas semanas.
Las declaraciones fueron escuetas, de líneas generales, no eran ricas en detalles, no hablaron de un vínculo entre ambos particularmente violento, pero proveyeron la información suficiente. Luego de semanas de tareas de investigación e inteligencia, la orden de allanamiento y detención fue firmada por el fiscal Di Lello en contra de David.
Cuando la Policía Federal irrumpió el 28 de octubre en su casa en Morón, el joven no ofreció resistencia, revelaron fuentes cercanas a la investigación a Infobae. "Homicidio agravado por femicidio" fue el principal cargo avalado por el juez Gustavo Pierreti. Organizaciones como ALITT o la Comunidad Homosexual Argentina pidieron que la investigación del brutal homicidio de Diana Sacayán sea enmarcado desde la perspectiva de la violencia de género. Sacayán era reconocida como mujer desde su DNI. Así, David fue procesado con prisión preventiva con el cargo de un asesino de mujeres, como un femicida. Hoy, el joven espera sentado en el penal de Marcos Paz, junto a otro amigo de él de su misma edad y zona, que fue detenido y procesado como su cómplice. Ambos, por consejo de sus defensores oficiales, se negaron a declarar.
La muerte de Diana Sacayán tras trece puñaladas, ocurrida en su habitación en su departamento de Flores el pasado 13 de octubre, cuatro días después de que Sacayán subiese la foto de David a su cuenta, fue un golpe notable para la comunidad trans en la que Diana se había erigido como referente. Como parte del equipo de Diversidad Sexual del INADI y líder de organizaciones como ILGA y MAL, había tenido logros significativos: pujó por la ley de cupo laboral trans en la Provincia de Buenos Aires, entre otras conquistas. El logro de su DNI en 2012, otorgado por la Presidenta, fue un hecho de gran impacto simbólico en la comunidad. Tras la muerte, Cristina Kirchner misma pidió por el esclarecimiento del hecho. Que la puerta del departamento haya sido violentada desde adentro fue para el fiscal Di Lello una primera clave esencial. Así, supo rápidamente dónde tenía que buscar: en los lazos más cercanos.
La prueba contra David, acumulada por Di Lello y la división Homicidios tras una tarea meticulosa, es contundente: se halló una huella dactilar suya en la cerradura de la puerta. Testigos lo marcan a él y su amigo también procesado como esperando para salir, encerrados en el hall del edificio y buscando salir a la calle. La cámara de seguridad de un banco los tomó también. Otro vecino aseguró escuchar un fuerte golpe a las 3 AM, que coincide con la data de muerte establecida en la autopsia realizada al cadáver de Sacayán por el forense Roberto Cohen. Hubo también cruces de llamadas, teléfonos intervenidos que ayudaron a asegurar su identidad. Se esperan, por otra parte, resultados de cotejos de ADN. Una rueda de reconocimiento con testigos selló también su suerte.
A lo largo de la causa, el fiscal trabajó con la UFEM, el ala de la Procuración dedicada a la violencia de género, que proveyó protocolos, apoyo técnico, experiencia de campo y personal. Fue, por otra parte, la primera vez que se usó el protocolo de escena del crimen para femicidios en la muerte de una persona trans en el país.
Entonces, ¿qué motivó el homicidio? Para el fiscal,
Sobre David, pesa un agravante de robo a su carátula: se detectó que a Sacayán le faltó una suma de cerca de veinte mil pesos, en una escena del crimen marcada por cajones revueltos. El consumo de drogas es otro factor: se halló evidencia de esto en el departamento de la activista.
La causa tiene otros impulsores. No solo el INADI se constituyó como querellante: también lo hizo una de las hermanas de Diana.