El efecto del escándalo, conocido como iFIFA Gate/i también ya derribó al uruguayo Eugenio Figueredo y el paraguayo Nicolás Leoz.
Napout, de raíces libanesas, sigue los pasos de su antecesor, el uruguayo Eugenio Figueredo, a quien sustituyó de forma interina en agosto de 2014, cuando recaló en la vicepresidencia de la FIFA, que permanecía vacante tras la muerte del argentino Julio Grondona.
Se sitúa también en la estela de su compatriota Nicolás Leoz, quien estuvo 26 años al frente del máximo organismo del fútbol sudamericano hasta su sorpresiva dimisión en abril de 2013, que abrió la puerta de la presidencia a Figueredo.
Leoz renunció cuando estaba siendo investigado por un supuesto soborno de 20 millones de dólares para apoyar la candidatura de Qatar como sede del Mundial de 2022.
Leoz se fue pero dejó tras de sí el flamante y moderno edificio de la Conmebol, al que consiguió blindar con una inmunidad que lo dotaba de rango diplomático, algo que se volvió sospechoso tras los primeros arrestos en Suiza y que ya revocó el Congreso paraguayo.
Paraguay fue el país que unió sus caminos y Suiza, el que marcó el destino final de los tres dirigentes
A finales de mayo se produjo la primera redada que dio la vuelta al mundo, en la que Figueredo fue arrestado junto a otros altos directivos de la FIFA por cargos de corrupción, a petición de la Justicia estadounidense, que los acusó de organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de dinero, entre otros.
La operación también golpeó a Leoz, de 86 años y entonces en Asunción, que actualmente se encuentra en arresto domiciliario tras la orden de un juez de garantías de la capital paraguaya.
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