Venezuela es un país en el que se viven a diario conflictos sindicales, realizados generalmente de manera particular o impulsados por sindicatos independientes del Estado, ya que la central impuesta "desde arriba" por el gobierno chavista -la Confederación Sindical Socialista Bolivariana- apunta a sostener la "paz social" y responde directamente a los intereses oficialistas.
Los sindicatos habían tenido, luego de que después del lock out petrolero de 2002, un momento de auge de crecimiento cuando se creó la Unión Nacional de Trabajadores (Unete), que se planteaba la independencia política del sector laboral del Estado y los empresarios y luego de que el prestigio de los sindicalistas que dirigían la vida gremial desde hacía décadas cayera al vacío.
Sin embargo, en aquellos años los dirigentes de Unete adherían al gobierno en general. Una situación que comenzó a cambiar y más todavía con la crisis económica y política -y luego de que el gobierno creara una central sindical adicta-.
Marcela Máspero preside desde hace 15 años la Federación de Trabajadores de la Industria Farmacéutica y es coordinadora nacional de Unete. Señaló en diálogo con Infobae que ha abandonado el chavismo. Este año por primera vez desde que se iniciara el periodo chavista su gremio no tuvo participación en la discusión paritaria, que fue decretada por las autoridades laborales del oficialismo.
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