El futuro está en lo que conocemos como países del primer mundo y su desarrollo máximo en las ciudades que han trascendido los logros económicos, políticos o culturales y van más allá, apostando a cuidar su futuro. En este sentido, muchas de ellas se han reconvertido en un largo proceso que se enfoca principalmente en la ecología y la sustentabilidad como principios impostergables.
Las grandes urbes, siempre identificadas como un centro de contaminación, nos demuestran que también pueden ser inteligentes en la manera de planear su movilidad, la generación de residuos, la sonoridad y el uso del espacio público en primer lugar.
La mayoría de las ciudades ecológicas se ubican al norte del globo donde quizá por cuestiones climáticas o históricas se han visto motivadas a desarrollarse mucho más rápido, además de la cultura del trabajo y el esfuerzo que allí promueven. En esta nota proponemos un corrido por cada una de ellas y sus puntos más salientes que las hacen merecedoras del sello verde más codiciado.
Copenhague
Es la capital de Dinamarca, una urbe que ya desde el inicio sorprende porque está toda pensada para cubrir su territorio con bicicletas. Tiene unos 400 km de carriles ciclistas y es que todo el mundo allí usa este medio de transporte para ir a su trabajo. Para ellos es cultural y como el estado ha promovido cada vez más este medio, sus emisiones de CO2 resultan de los más bajos del mundo. A esta movida también se han sumado las industrias que firman acuerdos mundiales para no contaminar. Toda una experiencia que ha llevado a Copenhague a liderar todos los rankings de ciudades habitables dado su alto grado de sustentabilidad.
San Francisco
En Estados Unidos, en su costa Oeste asoma esta ciudad de terreno tan irregular, que hoy alberga la clase más alta y concientizada del país. Siempre a la vanguardia en todo, fueron por ejemplo los primeros en dar luz al movimiento gay y hippie en la década del '60. Lo mismo cuando se trata de cuidar el planeta, fueron precursores en la prohibición de las bolsas de plástico y este año además llegan hasta las botellas de plástico tan comunes. Son líderes en alimentación orgánica y natural, promoviendo grandes cadenas de comercio en esta sintonía, al igual que las huertas urbanas. Su población se ha vuelto de las más conscientes y radicales a la hora de los cambios. En sí misma la ciudad es toda muy diversa, entre la zona latina, el barrio gay, el vecindario más hippie, el centro de negocios tecnológicos o el puerto pesquero. Bien vale la pena como destino para conocer en toda su oferta y recorrer durante varios días, allí lo que cambia es la fachada, pero nunca su mentalidad.
Reykjavik
Es la capital de Islandia, un país que se encuentra muy cerca del ártico, con noches eternas en verano e inviernos de poquísima luz. De ella no se conoce mucho más que sus historias de vikingos y a la cantante Björk. Pero esta ciudad es la vanguardia total si se habla de energías renovables, con las que se abastece por completo. La energía geotérmica por ejemplo alumbra casi el 95% de todos sus edificios, todo un logro al aprovechar su paisaje volcánico para nutrirse de ellos. En la ciudad, sus autobuses funcionan todos con hidrógeno y las casas se abastecen de energía hidroeléctrica. Parte de la proyección que hace este estado es no depender de los combustibles fósiles dentro de 30 años.
Toronto
En Canadá, es la candidata a convertirse en la ciudad más sostenible de América del Norte, y para demostrarlo creó un plan de acción de cambio climático cuyo principal objetivo es reducir en un 80% las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050. En esta sintonía se toman todas las medidas posibles, por ejemplo hace unos días se sumó a la lucha contra las bebidas envasadas en plástico y quiere prohibirlas, promueve los techos verdes, exige a sus ciudadanos la separación de residuos, ubica paneles solares en todo edificio estatal y hasta se mete con la comida natural. Si hay algún terreno libre, lo habilita para que entre varios puedan usar esta tierra para cultivar. Sus promesas de a poco se van cumpliendo y así es que pretenden también tener unos 1000 km de ciclovías para colaborar con el desplazamiento urbano.
Melbourne
Es una de las ciudades más pobladas de Australia y más extensas del mundo, con una gran cantidad de espacios verdes disponibles que hacen a la calidad del aire. Su estilo europeo y su alta calidad de vida le valen todos los años los mejores reconocimientos mundiales como "ciudad ideal para vivir". Pero no todo se va en su belleza, también hay mucho desarrollo para instalarla como una ciudad verde, donde todo va en esta línea. Por ejemplo, los colectivos, como el Shuttle Skybus Super emite el mínimo de CO2 y ya piensa en implementarse su sistema para los autos y aviones. El turismo que promueve también es sustentable, desde los hostels más baratos hasta los hoteles de lujo, todos están preocupados en reducir su huella de carbono. El paseo más promocionado sin duda es en bicicleta por sus amplios parques y jardines que caracterizan esta ciudad a orillas del río Yarra.
La sustentabilidad en una ciudad no es un mérito menor a la hora de visitarla, de hecho para algunos viajeros es condición imprescindible, porque ellos también buscan dejar menos huella en su recorrida. La limpieza, la naturaleza y el aire puro son fabulosas armas de atracción, que nos demuestran como una gran metrópoli también pude ser ecológica a la vez que convive con la modernidad y la tecnología.