En épocas en que tanto se habla de dietas y alimentación toma fuerza una corriente que propone nutrirse de "la energía de vida de los alimentos" y manteniendo la naturaleza de los compuestos bioquímicos de lo que se consume.
No se trata de una dieta, sino de un estilo de vida que vincula el nivel físico, mental, emocional, espiritual, social y medioambiental.
La licenciada en Nutrición Patricia Robiano (MN 3158) destacó que al momento de planificar el menú familiar, el error más común está en "pensar sólo en la comida cocida". "Al hablar de la comida para el almuerzo o la cena, las personas fuimos educadas para focalizar primero en qué cocinar. Siendo así pensamos si comeremos guiso, carnes, arroz o pastas. Y, si bien considero que no es adecuado prohibirse alimentos, sí es necesario reconocer que pensando sólo en la comida cocida dejamos de lado partes estratégicas componentes de un plato verdaderamente saludable y equilibrado", fundamentó.
El concepto de alimentación viva o raw food, tal como se la conoce en inglés, cobró auge en la última década "debido básicamente a la creciente afluencia de enfermedades funcionales, es decir, aquellas que se pueden prevenir en su desarrollo o daño celular desde la alimentación consciente como los son, realmente, casi todas las llamadas enfermedades comunes", enfatizó la especialista diplomada en Nutrición Humana y Dietética y health coach.
La alimentación viva utiliza alimentos de origen vegetal, enteros, y libres de cocción ya que así mantienen su actividad enzimática. Con la premisa de que al cocinar los alimentos a más de 40 - 45ºC de temperatura se destruyen sus enzimas que son una de las sustancias que más necesita el cuerpo para nivelarse y sanar, esta corriente hace hincapié en el origen de la energía que se consume desde la alimentación.
"Las enzimas son catalizadores termodinámicos que aceleran las reacciones químicas del cuerpo, fundamentalmente en el proceso de la digestión; y si hay una buena digestión existirá salud en nuestros cuerpos, y mentes", destacó Robiano, quien insistió: "Las enzimas son conocidas como 'la energía de vida de los alimentos'. De ahí que si se consumen alimentos con niveles bajos de enzimas, como son los cocidos o industrializados, se consumen alimentos con bajos niveles de energía vital, y eso se refleja en los cuerpos modernos desvitalizados por falta de una correcta nutrición".
Esto -continuó la especialista- "causa cierta toxicidad en el organismo con signos de cansancio, necesidad constante de ingerir alimentos, irritabilidad, etc., además de dar vía libre a las enfermedades".
La fuente de alimentación enzimática son todos los alimentos vegetales que se deseen consumir en estado crudo: todas las frutas frescas (preferentemente las de estación), los vegetales crudos en ensaladas, brotes y germinados, los fermentados (miso, chucrut), las semillas y frutos secos activadas y las algas marinas o espirulina. Todos tal como la naturaleza los brinda, en su estado natural.
Según la health coach, "un simple plato bien equilibrado puede brindar abundancia en nutrición", y dio tips para armar un menú completo.
-Paso 1: Lo primero que se debe pensar a la hora de almorzar o cenar es la fruta. Es recomendable comerla un rato antes del plato principal, aunque también se la puede consumir de postre o en forma de licuado con agua acompañando.
-Paso 2: Un plato playo será la medida (¡y no vale repetir porción!, excepto un deportista de alto rendimiento o alguien de estructura ósea muy grande). Colocar en la mitad sólo vegetales crudos en ensaladas. También puede contener palta, aceitunas negras bien lavadas, frutos secos activados, salsa de soja fermentada (no la comercial), aceites de primera prensión en frío, sal marina o sal rosa y jugos de cítricos como el limón. Incluso hacer mezcla con frutas es una buena elección. Una opción: la ensalada de lechuga y kiwis.
-Paso 3: Recién llega la hora de lo cocido, y será como "acompañamiento" de la nutrición vital (la fruta y la ensalada). En la mitad del plato restante puede consumirse todo aquel alimento que sea de agrado o costumbre. Si bien es cierto que hay unas opciones mejores que otras, la realidad es que si se consumen sí o sí los alimentos del paso 1 y 2, el resto se absorberá de una mejor manera. Aunque sí vale destacar que con una alimentación más orientada al vegetarianismo (mezcla de legumbres con cereales, arroz con algas y muchas más opciones) el cuerpo ganará en salud y el planeta en sustentabilidad.
-Paso 4: ¡La hidratación! Hay muchas personas que no beben nada durante sus comidas, porque se sienten mejor. Lo recomendable es aprender a auto-percibirse para beber líquidos en función de la necesidad real y no de forma compulsiva. Y si se elige beber en las comidas ¡que sea agua! Todas las bebidas artificiales, aunque se digan "diet", definitivamente no son convenientes.