Empezó desde muy chico pero hoy en día compite en las grandes ligas. Admirador de su hermano, Alejo, con quien comparte la pasión por el surf, considera que estar en el agua es una forma de vida más que un trabajo. En 2010 sufrió una lesión importante en un Mundial Junior por la que casi se vio obligado a abandonar su pasión. Gracias a su preparador físico salió adelante, sin necesidad de una intervención quirúrgica. Y este año arrasó en la competencia del Circuito Argentino de Surf. Antes de arrancar la pretemporada, hizo un stop en Buenos Aires para entrevistarse con Lifestyle by Mustique.
-Por mi papá, que es surfista y siempre quiso que sus hijos también lo fueran. Él vivía en Mar del Plata pero viajaba mucho a la región de Bombinhas, en Brasil, por el clima. Entonces, se dio cuenta que quería vivir acá con su familia. Por eso, desde los dos años empezamos a surfear con mi hermano Alejo. Ya a los nueve fue mi primer torneo y a los 15 me volví un profesional con sponsors.
-Ambas porque como viajo todo el año; cualquiera de las dos me da la sensación de estar en casa y de dormir en mi cama, que es donde soy más feliz.
-Más que miedo, respeto a la naturaleza porque nunca se sabe lo que te puede pasar. Pueden aparecer tiburones, olas demasiado grandes... que son cosas normales de esta profesión.
-En Hawaii una vez a los 17 años me golpeé contra las piedras, me desmayé y casi me ahogo. Después de eso, estuve internado varias veces, pero bueno son riesgos normales del deporte.
-Los momentos más felices que tuve me los proporcionó el surf: es mi amigo, mi mujer, mi todo. Estar adentro del agua es una forma de vida.
-Soy muy competitivo, así que se podría decir que ganar.
-Sí, sobre todo en la pretemporada, cuando viajo a Mar del Plata. Me levanto a las cinco de la mañana y hasta las siete voy al gimnasio a hacer una rutina acorde a mi deporte. Después, entro al agua hasta las 19hs y me la paso surfeando. Además, suelo hacer yoga o natación una vez por semana.
-Una brasilera de un chico que me sponsorea. Las tablas profesionales son muy distintas a las comerciales porque tienen que ser más livianas, etc. Yo uso tres tablas por mes y quizá el que lo hace como un hobby gasta una sola al año. La historia fue así: yo estaba en la playa con mi papá, se me acercó un chico con tres tablas bajo el brazo y me dijo que quería que pruebe lo que él hacía. "Te vi surfear por Internet, en los torneos y quiero que las uses", me dijo. La verdad es que son Ferraris del agua. Una vez estábamos probando y de 15 tablas no me funcionaba ninguna. Al otro fin de semana, anduvieron bien. Cuando encontrás el formato de tu tabla, después trabajas siempre sobre eso.
-Porque mi preparador físico es de ahí y para mí es un ángel de la guarda. Lo conocí en 2010 luego de una lesión grosa en un Mundial Junior, por la que me dijeron que no iba a poder surfear más, y él me ayudó a recuperarme sin cirugía. Fue entrenador de rugby muchos años y me hizo ver una parte que el surf no tiene, me enseñó a trabajar en equipo y dedicarle tiempo.
Macarrones en la isla de Mentawai, Indonesia.
-Mar del Plata y Bombinhas. Vos podés ir por el mundo pero tu raíz te trae de vuelta. Desde los 11 años que viajo solo, así que pasar tiempo en casa es lo más valioso.
-El US Open of Surfing de California, porque van 105 mil personas a la playa. Es como un festival en el que hay skate, surf, bike, música, de todo.
-El fútbol y el ping pong.
Ser campeón del ASP World Tour (Association of Surfing Professionals).
-Porque es una empresa americana, que tiene locales en todo el mundo, pero, además, porque del propio Quicksilver Argentina me apoyan, algo muy difícil por el cambio monetario, etc.
-Kelly Slater es mi ídolo desde chico. Pero el más grande que tengo es mi hermano y siempre lo va a ser.