El papa Francisco denunció este jueves en Nairobi la radicalización de jóvenes que se volvieron "extremistas" para cometer "ataques bárbaros" injustificables en nombre de Dios, llamando a musulmanes, protestantes y católicos a resistir juntos.
"Nuestra convicción común es que el Dios al que buscamos servir es un Dios de paz. Su santo nombre no puede ser empleado nunca para justificar el odio y la violencia", dijo.
Francisco hizo estas declaraciones en la embajada de la Santa Sede de Nairobi, en presencia de representantes de las Iglesias anglicana, luterana, metodista, pentecostal, y dirigentes del islam y de religiones animistas.
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