El grupo terrorista a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" Hezbollah/a envió a seis de sus extremistas para rescatar a Konstantin Murakhtin, el piloto ruso capturado por rebeldes sirios luego de que el avión caza que conducía fuera derribado por Turquía tras las advertencias de que había violado el espacio aéreo turco en el límite con Siria.
Murakhtin logró eyectarse del Su-24 junto a su copiloto, luego de que un F-16 turco lo interceptara y derribara. Al tocar tierra escapó y logró esconderse entre la vegetación, desde donde enviaba señales electrónicas al comando ruso, según relató el canal oficial del régimen ruso RT. Murakhtin se mantuvo oculto más de 24 horas, hasta que consiguió contactarse con sus autoridades e informar su locación.
Con la información y luego de intentos frustrados de rescate con helicópteros, un grupo comando de fuerzas especiales del Ejército del dictador Bashar al Assad y terroristas de Hezbollah se adentraron en la zona de Kom, cercana a la frontera con Turquía. Un total de 18 agentes y seis militantes de la agrupación extremista chiita libanesa lo rescataron y lo llevaron a salvo a una base sanitaria, donde se confirmó que no padecía heridas de ningún tipo.
El grupo terrorista Hezbollah opera abiertamente en Siria en apoyo del régimen de Al Assad, aliado no sólo de Rusia, sino también de Irán, países a los que brindó absoluto poder dentro de su territorio. A su vez, Irán es quien financia y conduce Hezbollah, con el que comparte su fanatismo chiita. Por orden del régimen iraní, se involucró en la guerra civil siria, donde aportan la vida de jóvenes libaneses –"mártires", según su perspectiva–.