"Después de siete meses de trabajo ininterrumpido en la zona y con base en información suministrada por las FARC-EP, soldados del Batallón de Desminado del Ejército de Colombia han desactivado 33 artefactos explosivos, producto del despeje de un poco más de 14.000 metros cuadrados de territorio", informaron el gobierno de Colombia y las FARC en un comunicado conjunto.
"No es fácil, pero es una experiencia nueva para todos nosotros e independientemente de todos los sentimientos que tengamos, el compromiso que tenemos con Colombia es superior", reconoció el sargento Fernando Sosa, en un video difundido por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz del gobierno.
Por su parte, el guerrillero Olmedo Ruiz, miembro de la delegación de las FARC, reconoció que "somos partes que hemos estado enfrentadas por más de 50 años, y eso hace que no sea fácil para nosotros (...) dar este paso, pero lo estamos haciendo por el país".
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El Ejército colombiano pudo proceder a desactivar los artefactos explosivos ubicados en El Orejón, 170 km al norte de la ciudad de Medellín, a raíz de la información suministrada por guerrilleros activos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y con la colaboración de la ONG Ayuda Popular Noruega (APN). Cabe destacar que en el mes de julio, el soldado Wilson Martínez falleció en el proceso para quitar las minas.
En ese sentido, ambas partes destacaron que su objetivo es poder tener un zona libre de los artefactos explosivos "antes de finalizar el año", ya que Colombia es el segundo país en el mundo con más muertos y heridos a raíz de la explosión de minas antipersona, con 11.000 afectados, según estadísticas oficiales. Se cree que en más de la mitad de los municipios del país hay plantados artefactos explosivos.
Del mismo modo buscan implementar la sustitución de cultivos ilícitos en esa zona de un país que es el principal proveedor mundial de cocaína, con 442 toneladas producidas en 2014, según informes de la Organización de Naciones Unidas.