Bélgica resolvió, este domingo, mantener el estado de alerta máxima ante posibles atentados terroristas, luego de los múltiples ataques perpetrados en París el pasado 13 de noviembre. En la capital, Bruselas, las autoridades llamaron a los ciudadanos a permanecer encerrados en sus hogares por precaución por tercer día consecutivo.
Estaciones de metro, tiendas, bares, restaurantes y hasta la sede de la OTAN se encuentran cerradas, en el marco de esta extrema medida de seguridad.
El primer ministro Charles Michel también anunció que las escuelas y universidades, así como museos, cines y centro comerciales, también permanecerán clausurados.
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Las imágenes de las últimas horas muestran una ciudad prácticamente desolada, inundada de efectivos policiales y de seguridad, que buscan intensamente a sospechosos yihadistas y, principalmente, a Salah Abdeslam, uno de los autores intelectuales de los ataques de París.
El terrorista fue considerado por las autoridades "peligroso y armado".
Entre la noche de este domingo y la mañana del lunes, las fuerzas belgas realizaron intensos operativos antiterroristas en Bruselas y Lieja. En total, fueron 21 los detenidos, pero las autoridades aún no pudieron dar con el yihadistas más buscado.
Son tan minuciosas las medidas que tomó el gobierno belga que solicitó a sus ciudadanos no revelar detalles de las operaciones de seguridad en las redes sociales.
Asimismo, las autoridades belgas recomendaron a los civiles permanecer alejados de las ventanas de sus viviendas.