¡Atento Racing! Los 'trabajitos' de siempre ya arrancaron

Racing jugó un muy buen partido y ganó con absoluta justicia. Pero, el resultado fue corto. ¿Qué pasó? Pitana tuvo incidencia directa: no cobró un claro penal y echó mal a Milito. Esto, lógicamente, no sorprende, ya que buscaron disminuirnos para el clásico ante Independiente. Ahora, a jugar el partido que todos queríamos que se dé...

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Bien Racing. Muy bien Racing. Ganó como tenía que hacerlo. Tuvo un gran partido. Venció a Estudiantes merecidamente, más allá que el resultado no plasmó lo que se vio en la cancha: hubo una superioridad notable durante gran parte del partido. Compacto en todas sus líneas. Sin pasar sobresaltos en defensa. Y una delantera que siempre exige.


En este contexto, la figura indiscutida fue Acuña, quien más allá del golazo que convirtió hizo todo, dejando en claro que su nivel es el más alto desde que llegó al club. Después, el resto del equipo cumplió en su totalidad; excepto Camacho, el de rendimiento más flojo. Por lo tanto, sigue sin comprenderse cómo Romero es suplente, considerando, además, que cuando juega demuestra que es 'distinto'.

Sin embargo, nuevamente no sólo se debe hablar de lo concerniente a lo futbolístico. ¿Qué más? Hay que hacer hincapié en los arbitrajes, que otra vez perjudicaron a Racing. Cuando se quiere instalar desde algún lado que nos benefician porque Blanco es el presidente del Colegio de Árbitros, la realidad viene marcando otra cosa. Ante Tigre, por ejemplo, nos anularon un gol en el cual Romero estaba habilitado por un metro y medio. Esto, podría haber servido para ingresar directamente a la Libertadores.

Y ahora, Pitana. Empezando por orden cronológico, con menos de un minuto de juego le sacó amarilla a Cerro por una infracción 'normal', con la única intención de condicionarlo. Ya en el segundo tiempo, no cobró un claro penal por mano de Pereira, cuando él estaba a un metro de la jugada y de frente. Es decir, es imposible que no lo haya visto. ¿Y entonces? No lo quiso cobrar. Sin dudas.

Luego, y para rematar, la insólita jugada en la que fue expulsado el 'Rey' Milito. ¡Increíble! Mientras discutimos si es foul o no, la certeza es que si así lo considera, como mucho es amarilla. Pero no. Decidió echarlo. Hay otros jugadores que rompen tobillos, y le sólo lo amonestan... Sin embargo, es entendible.

¿Cómo entendible? Sí, porque se viene el clásico ante Independiente. Entonces, el 'trabajo' que siempre hacen en los clásicos cuando vamos a la cancha de ellos, ahora empezó en la previa. No alcanza con perjudicarnos cuando jugamos como visitante, que ahora también lo hacen en el encuentro anterior. Buscaron disminuirnos. A alguien de Racing tenían que echar. Y el equipo esto lo sabía; por eso nunca ingresó en un roce. Pero igualmente, Pitana cumplió e hizo los 'deberes'.

Tras esto, fue excelente la conferencia de Cocca, quien hizo hincapié en lo que había que hacer: quejarse del árbitro, más allá del triunfo. Bien por el técnico de Racing que ya empezó a marcar el camino de cara al clásico.

Seguramente, durante la semana se escucharán, del otro lado, que Blanco es el presidente del Colegio. Que a Racing lo favorecen. Y etc, etc, etc... En definitiva, los llantos y la mala fe que tuvieron históricamente, con la salvedad que ya no está Grondona para darles la venía para hacer lo que quieren, tal cual sucedió durante muchos años.

Pero la única certeza es lo que sucede. Por lo tanto, habrá que estar doblemente atentos. Sabemos que vamos a ir para allá, y nos van a perjudicar. Si todo se desarrolla en condiciones normales, el partido se puede ganar, más allá de la dificultad del caso ante un adversario que tiene buenos jugadores y viene de golear.

El triunfo ante Estudiantes ya nos puso en la Sudamericana; pero ahora, queremos jugar la Libertadores. Y para esto, hay que quedarse con la serie ante Independiente. ¿Se puede? Claro que se puede.

Celebramos jugar estos partidos. Queríamos jugar contra ellos. Tanto los jugadores como los hinchas deseábamos enfrentarlos.

Ahora, a revalidarlo en la cancha. Ojalá podamos terminar el año bien arriba y cerremos un ciclo como se merece: saldando la única cuenta pendiente que le queda al campeón.

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