Luego del ataque terrorista contra uno de los objetivos en París el pasado 13 de noviembre, el enfermero que creyó que la situación se debía a una explosión de gas fue rápidamente hacia el café para intentar ayudar a las personas que yacían en el piso.
David asistió a un hombre que en un primer momento no parecía tener grandes heridas pero que estaba inconsciente sobre unas sillas y mesas tiradas, y le realizó maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
Sin embargo, cuando abrió la ropa de la persona observó que "había alambres, uno blanco, uno negro, uno rojo y uno naranjo. Cuatro colores diferentes. Entonces supe que él era un suicida con bomba".
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"El primer cable que vi fue el rojo. Creo que ese fue el detonador. Había algo en su extremo", le dijo David a la agencia de noticias Reuters. Justamente, a quien trató de socorrer era Brahim Abdeslam, uno de los terroristas que participó de la serie de ataques terroristas del viernes 13 de noviembre en París en el que al menos fallecieron 132 personas.
En el momento que observó los cables y se percató de quien se encontraba en el piso era un yihadista suicida "llegaron los bomberos", entre ellos uno al que conocía y le contó lo que acababa de ver. "Él me miró y comenzó a gritar que todos evacuaran", narró el enfermero.
Luego del hecho, las autoridades policiales le confirmaron a David que la bomba de Abdeslam, el único muerto en el café parisino, no había estallado totalmente.
"Yo pensaba en que lo había acostado en el piso, en que estuve haciéndole RCP. Es un proceso de mucha fuerza. Sólo por hacer eso yo también pude haber muerto", finalizó.