Jonah Lomu es reconocido como una de las máximas figuras de la historia del rugby y su enfermedad impactó al deporte cuando se supo que recibía diálisis tres veces por semana.
En mayo de 2003, la Unión de Rugby de Nueva Zelanda anunció el tratamiento al que era sometido el rugbier.
Los médicos comunicaron a Lomu que era necesario un trasplante de riñón o podría tener que utilizar una silla de ruedas para trasladarse a raíz de las consecuencias que le estaba causando la enfermedad.
Un año después, en julio de 2004, fue trasplantado y tras la operación y posterior recuperación, el wing neozelandés volvió a la competencia.
Fue profesional hasta el 2010 cuando después de varios años de escasa actividad terminó su carrera en el Marseille Vitrolles de la Tercera División de Francia, disputando tan sólo 7 partidos en la temporada.
En 2011, su cuerpo rechazó el órgano que había recibido siete años y medio antes, y su estado de salud comenzó a deteriorarse. "Desafortunadamente, ningún tratamiento ha funcionado, mi salud es exactamente la misma que al comienzo de la enfermedad", dijo un año después, cuando ya esperaba un segundo trasplante.
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