hizo al final su acto callejero a cinco días del ballotage, y tanto le pegó al Gobierno que si hubiera dicho "hay que votar a Macri", habría estado de más.
para advertir que sus palabras fueron en esa dirección.
Sin nombrar ni una vez a Daniel Scioli, el dirigente camionero y jefe de la CGT opositora cargó duro contra la Presidenta, el ministro de Economía Axel Kicillof y también contra la agrupación superkirchnerista La Cámpora, a quienes acusó de hipócritas y revolucionarios de café. "Primero apoyaron las privatizaciones y ahora se muestran como los grandes campeones de la nacionalización", dijo.
Después de caracterizar a Cristina como una víctima del síndrome de la juventud revolucionaria, el sindicalista preguntó a la multitud: "Cómo se puede aplaudir a un Gobierno que les cobra a los trabajadores un impuesto por sus salarios. Cómo se puede apoyar a un Gobierno que mantiene jubilaciones de hambre o que saca dinero para su beneficio de lo que se aporta para el sistema de obras sociales".
Moyano no llamó directamente a apoyar la fórmula Macri-Michetti, pero sonó muy parecido cuando rescató que el actual jefe de Gobierno de la Ciudad ("que no es peronista", creyó necesario aclarar), haya sido el promotor de emplazar una estatua de Perón en la Capital, siendo que la administración K estuvo doce años en el poder sin que nunca se le ocurriera esa iniciativa. "Recién ahora llaman al pueblo peronista a que los acompañen con el voto", manifestó.
El acto se desarrolló en una nueva conmemoración del Día de la Militancia, una jornada que evoca el trabajoso regreso al país, en 1972, tras 18 años de exilio, del general Juan Domingo Perón. El retorno definitivo del tres veces presidente no se produciría sino hasta junio de 1973. Para que hable Moyano, se montó un palco frente a la sede histórica de la CGT, en la esquina de Azopardo e Independencia.
Participaron del encuentro la mayoría de los gremios que militan en la central opositora, pero naturalmente con predominio absoluto del poderoso aparato sindical de Camioneros. Adhirieron también varios gremios portuarios, conductores de taxis, aeronavegantes, y los municipales de Amadeo Genta, que en plena campaña mostró su vitalidad para pegar un doble salto mortal sin red: ahora del lado de Macri, hasta las elecciones del 25 de octubre había dado su apoyo a Scioli.
Moyano aprovechó la movida sin perder de vista la interna gremial, movilizada hace algún tiempo en el intento de reunificar a las distintas centrales. El piso estaba alfombrado de pequeños volantes reclamando la reelección del camionero como jefe de la CGT.
Hubo un solo pasaje del discurso que el camionero igualó a Macri y a Scioli. Fue al referirse al debate presidencial del domingo pasado. Criticó a ambos por "tantas mentiras" y por mostrarse ahora de acuerdo con políticas de las que renegaban en la década menemista. "Si daban Gran Hermano en lugar del debate, iba a estar más divertido", señaló Moyano a un público que le festejaba cualquier ocurrencia.
En la línea de bajarles el precio a los dos protagonistas del ballotage, culpó a la administración K de haber convertido a la dirigencia política argentina en una suerte de cambalache. Fue en ese momento que Moyano se valió de un papel ayuda memoria para recitar el tango cumbre de Enrique Santos Discépolo.
Recordó que hace cuatro años de fue del justicialismo porque se había convertido en la nada misma. "Pero jamás me voy a ir del peronismo", prometió. "Siempre voy a estar al lado de los trabajadores", agregó.
Se burló de la estatura de Kicillof ("Es medio cortina", dijo) y de la reciente foto que se sacó el funcionario kirchnerista con una de las popes del Fondo Monetario Internacional. No fue el único momento de sorna. Al decir que la verdadera militancia es la que trabaja, preguntó: "¿Hay algún integrante de La Cámpora por acá? Esos no trabajan ni estudian", se respondió asimismo.