El viernes cerraron con un dato contable de USD 26.199 millones, pero hay atrasos de pagos y canjes de monedas por más de USD 32.200 millones de las entidades bancarias con clientes.
Desde las PASO, la posición de reservas en divisas del Banco Central (BCRA) se derrumbó en más de USD 7.600 millones, simplemente por el efecto de la acumulación de un singular déficit de las finanzas públicas.
Es que en condiciones normales en la mayoría de los países, la Secretaría de Hacienda o el Ministerio de Finanzas o de Economía se ocupan de administrar presupuestos en los que parte de los recursos que perciben con el cobro de impuestos se destinan a pagar los gastos de funcionamiento de sus estados, y parte a pagar los intereses de la deuda pública, mientras que los vencimientos de préstamos se refinancian por nuevos plazos y tasas.
Pero en la Argentina, no sólo no se cumple con esa regla -las finanzas públicas proyectan un cierre de año con un desequilibrio equivalente a 7% del PBI, como mínimo, unos USD 35.000 millones al cambio oficial-, sino que por la persistencia del default parcial y no honrar los fallos judiciales internacionales, no puede acceder al mercado de deuda.
De ahí que parte de los compromisos impostergables, como fue el vencimiento el 6 de octubre del Boden 2015, el Tesoro debió pedir el auxilio del BCRA, dada la flexibilidad que muestra el presidente Alejandro Vanoli para desprenderse de las reservas en divisas, a cambio de un mero asiento contable: "Pagadiós" en la jerga del mercado financiero.
Por día el BCRA pierde USD 150 millones, pero sólo registra USD 50 millones
Además, se agrega una situación de creciente desconfianza que se remonta a 2007, cuando la etapa de reactivación de la economía comenzó a mostrar sus primeras señales de fatiga, y la desconfianza empezó a propagarse por los mercados, al intensificarse la intervención del INDEC; apelar el Gobierno a mecanismos fracasados de controles de precios y administración del tipo de cambio como ancla también fallida de la inflación.
De ahí que en octubre de 2014, tras el pedido de renuncia al entonces presidente del Banca Central, Juan Carlos Fábrega, la nueva autoridad monetaria selló un acuerdo de canje de monedas con el Gobierno de China para apuntalar las reservas en USD 11.000 millones. Se trata de computar como tales los yuanes equivalentes, como si estuvieran en Buenos Aires, y las autoridades chinas hacen los propios con los pesos de la Argentina, como su estuvieran en Beijin.
Por tanto si a los USD 26.199 millones que el BCRA informó como dato provisorio al cierre de operaciones del último viernes se le deducen esos USD 11.000 millones del swap de monedas, las reservas se achican a unos USD 15.000 millones.
Atrasos con diversas empresas
Pero adicionalmente, diversos economistas, como Agustín Monteverde, advirtieron ya hace un mes que también deben deducirse los pagos atrasados de compromisos del sector privado, como importadores, con proveedores del exterior y con filiales de firmas extranjera, por el giro de dividendos y hasta pagos de préstamos de casas matrices.
En el primer caso, fuentes del mercado, como la Cámara de Importadores de la República Argentina, y también de economistas reconocidos, como Dante Sica y Luis Secco, estiman que el atraso de pagos ya supera largamente los USD 9.000 millones, principalmente con terminales automotrices, empresas de electrónica, y también del resto de los grandes sectores, como siderúrgicas, petroquímica, mineras, e incluso empresas de medicina y laboratorios, pese a que en todos los casos eso deriva en freno del ritmo de producción y cierre de mercados de exportación de bienes con valor agregado.
Mientras que en el segundo, se proyecta que los giros de dividendos y pago de algunos préstamos demorados en los últimos cuatro años, desde que se impuso el cepo cambiario, también ascienden a un rango de USD 10.000 millones.
El atraso de pagos de importaciones a las empresas supera los USD 9000 millones
También forman parte de las reservas depósitos indisponibles por unos USD 2.200 millones que pertenecen a tenedores de títulos públicos que recibieron con los canjes de deuda de 2005 y 2010, porque al residir fuera del país, el Banco Central se abstuvo de girar a sus cuentas en bancos del exterior, por temor a que fueran embargados por el juez Thomas Griesa, para honrar el pago de la sentencia a favor de los holdouts que el Gobierno de Cristina Kirchner y su ministro de Economía, Axel Kicillof se niegan a cumplir.
En consecuencia, los agregados de atrasos por unos USD 19.000 millones, depósitos indisponibles por USD 2.200 millones y swap de monedas por USD 11.000, suman aproximadamente USD 32.200 millones, USD 6.000 millones que las reservas contabilizadas a un mes antes del cambio de Gobierno.
Otras deducciones no menores
Pero adicionalmente, habría que agregar los USD 140 a 150 millones que el Banco Central está entregando diariamente al mercado para que la cotización del dólar libre se mantenga hasta el 10 de diciembre por debajo de los 16 pesos.
Y también, se deberían considerar los poco más de USD 5.500 millones de depósitos en dólares del sector privado en el sistema financiero, porque de los USD 9.019 millones registrados al 4 de noviembre sólo se prestaron a empresas exportadoras USD 3.477 millones.
Por tanto, no son pocos los economistas que estiman que las reservas líquidas del Banco Central ya son negativas en más de USD 11.500 millones.
Ese cuadro explica la incapacidad de los futuros candidatos a asumir la presidencia de la nación de definir cuál será la política cambiaria y el nuevo nivel del tipo de cambio. Por eso Juan Carlos de Pablo destacó que estará más "dominado por las circunstancias que por la ideología".
Según los últimos datos del BCRA la relación entre los $569.809 millones de la base monetaria y las reservas en divisas de USD 26.391 millones al 10 de noviembre era de una paridad de conversión de $21,59, aunque se redujo a $16,28 por dólar si se toma la circulación de pesos en poder del público.
De ahí surge claramente que la devaluación no sólo la devaluación del peso ya se produjo de $9,68 que mantiene la paridad oficial que marca el promedio, como el contado con liqui y MEP en Bolsa, entre 14 y 15 pesos, y el libre, sino que aún podría resultar mayor en un escenario en que el nuevo Gobierno no logre rápidamente recomponer la confianza de los agentes económicos y de las familias con un plan sustentable y creíble que permita reinsertar al país en la media mundial.