El Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) acaba de estremecer al mundo con un nuevo y mortífero atentado en París, que incluyó siete episodios simultáneos e involucró explosiones, tiroteos y una masiva toma de rehenes. El saldo preliminar es de 129 víctimas fatales.
Pero, ¿dónde surgió esta organización terrorista?, ¿cómo se volvió tan poderosa? ¿cuáles son sus objetivos?.
Los orígenes de ISIS se remontan al año 2010, cuando su actual líder, Abu Bakr al Baghdadi quedó a cargo de la filial de Al Qaeda en Irak. Llamativamente, el grupo fue expulsado de Al Qaeda, entre otras cosas, por "extremista", cuando el saudita Osama Bin Laden aún estaba vivo.
Pero su verdadero salto organizativo se dio con el inicio de la guerra civil en Siria, entre el gobierno de Bashar al Assad y los grupos rebeldes, y en el contexto más general de la llamada Primavera Árabe en Medio Oriente.
Primavera Árabe
En Irak aprovechó las profundas divisiones entre el gobierno chiíta y la minoría sunita; y, de acuerdo a fuentes especializadas, las deserciones masivas del ejército iraquí fueron una fuente permanente de armamento para los yihadistas.
El nuevo clima de inestabilidad política permitió al rebautizado Estado Islámico de Irak y el Levante saltar la frontera y empezar a operar también en el país vecino. En ambos países el grupo logró importantes victorias militares que le aseguraron el control de ciudades enteras en donde comenzó a cobrar impuestos y a aplicar de forma estricta la ley islámica o Sharia.
En junio del 2014, finalmente, Abu Bakr al Baghdadi proclamó la existencia de un Califato en los territorios bajo su control, en los que de acuerdo a varias fuentes viven unas 8 millones de personas de varias ciudades a ambos lados de la frontera. A partir de ese momento, pasó a llamarse simplemente Estado Islámico.
Ideología
El Estado Islámico forma parte de la corriente sunita del islam, para la que el chiísmo representa una rama "heterodoxa". Además, ISIS es identificada como una organización "yihadista", en referencia a la violencia y la radicalización de los principios que rigen al grupo. Por "Yihad", se hace referencia comúnmente a la guerra santa, entendida como una lucha violenta en defensa del islam. Sin embargo, muchos musulmanes aseguran que la acepción refiere a la guerra personal de cada musulmán por ser un mejor creyente.
Financiamiento
En un comienzo, y basado en un equilibrio geopolítico de la región, el Estado Islámico fue financiado por los países del Golfo Pérsico, como Qatar y Arabia Saudita. Dichos países, que comparten con el grupo la creencia sunita, consideraban que de esta forma colaboraban con el derrocamiento de Bashar al Assad en Siria. El dictador, de la rama alawita del islam, aún sobrevive al levantamiento en su contra, a costa de sangrientos bombardeos a la población civil.
Más tarde, sin embargo, y sobre la base de importantes victorias militares, el grupo logró consolidar su financiamiento gracias al dominio de importantes yacimientos petrolíferos y gasíferos. Además, el grupo recibe dinero de extorsiones e impuestos que cobra a la población de los territorios bajo su control.
Recientemente, un informe del Centro de Análisis del Terrorismo de Francia afirmó que la fortuna de ISIS asciende a 2.200 millones de dólares. Por su parte, Bloomberg informó que el grupo obtiene 730 millones de dólares al año, basándose en funcionarios de la inteligencia estadounidense y expertos antiterroristas. En cualquier caso, ya se puede hablar del grupo terrorista más rico del mundo.
Combatientes
Funcionarios de EEUU creen que el Estado Islámico tiene alrededor de 15.000 milicianos activos, de acuerdo con un artículo de BBC.
Sin embargo, el experto iraquí en seguridad, Hisham al Hisham, dijo a principios de agosto que podrían ser entre 30.000 y 50.000 los combatiendes de ISIS, de los cuales el 30% están por convicción, mientras que el resto han ingresado por coerción de los líderes del grupo. Un considerable número de combatientes no son ni iraquíes ni sirios.
La consultora Soufan, especializada en investigación y seguridad en Medio Oriente, estimó que al menos 12.000 extranjeros integran las filas del ejército de ISIS, incluyendo unos 2.500 provenientes de los países de Occidente que han viajado a Siria e Irak en los últimos tres años.
En el reclutamiento de extranjeros, las redes sociales y la estrategia comunicacional del grupo han jugado un papel crucial.
El terror
El sangriento atentado del viernes 13 en París es el último de una larga lista de atrocidades cometidas por el Estado Islámico desde su fundación. El primer impacto mediático a escala internacional lo logró con una serie de videos de decapitaciones a rehenes occidentales, que fueron difundidos con duros mensajes a los gobiernos de las víctimas.
Siguieron una serie de atentados contra el Congreso de Canadá; una cafetería en Sidney; la revista satírica Charlie Hebdo, en París; el Museo del Bardo, en Túnez; una mezquita en Yemen y un quíntuple ataque simultáneo en Francia, Túnez, Kuwait, Siria y Somalía.
Sin embargo, lejos de las luces de los medios, ISIS aplica su política del terror con una crudeza inusitada en los territorios de Irak y Siria de manera cotidiana. Lapidaciones de mujeres adúlteras, asesinatos desde los techos de los edificios a homosexuales y ejecuciones masivas de quienes incumplen sus leyes, entre otras atrocidades, son moneda corriente en la región.